Cartas al director

Pequeños periodistas

No nos damos cuenta pero el boomtecnológico que comenzó siendo un gran avance en la comunicación ha acabado convirtiéndose en la obsesión de adolescentes y mayores por estar permanentemente comunicados. Hoy en día la obsesión ha llegado al punto de poder estar más de 10 horas al día conectados a Internet. Hagamos una prueba: ¿serías capaz de ir mañana al colegio o a trabajar dejando el teléfono en casa? ¿O, simplemente, apagarlo mientras duermes? Pocas personas conozco, por no decir ninguna ya que entre ellos están mis abuelos, que no dispongan de una vía a Internet a la que estén con...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

No nos damos cuenta pero el boomtecnológico que comenzó siendo un gran avance en la comunicación ha acabado convirtiéndose en la obsesión de adolescentes y mayores por estar permanentemente comunicados. Hoy en día la obsesión ha llegado al punto de poder estar más de 10 horas al día conectados a Internet. Hagamos una prueba: ¿serías capaz de ir mañana al colegio o a trabajar dejando el teléfono en casa? ¿O, simplemente, apagarlo mientras duermes? Pocas personas conozco, por no decir ninguna ya que entre ellos están mis abuelos, que no dispongan de una vía a Internet a la que estén continuamente accediendo.

Como bien dijo Albert Einstein: “El día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad, el mundo solo tendrá una generación de idiotas”. Y aquí estamos, rodeados de aparatos tecnológicos que nos avisan a cada segundo de lo que pasa a nuestro alrededor. Viajamos en autobús con el móvil en la mano, vamos a clases con él, dormimos con él y hasta lo utilizamos cuando quedamos con alguien a comer, de manera que acabamos prestando más atención al grupo de WhatsApp que a lo que nos está contando nuestro amigo en persona. Me atrevo a decir que hay personas que mantienen una relación más estable con su teléfono que con su pareja. Hace 10 años eran los periodistas los que nos comunicaban las últimas noticias, ahora todos llevamos un pequeño periodista dentro.— Sofía Fernández Unzué.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En