Seres Urbanos
Coordinado por Fernando Casado

Despilfarro navideño en las ciudades españolas

Plaza Cibeles de Madrid en Navidad / PictFactory, Wikimedia Commons

Las calles de las ciudades son un espectáculo de luces y colores estos días. A las cinco de la tarde, el romance entre el sol y el hormigón ya no tiene fuerza en las junglas de asfalto, y cede paso al flirteo entre comerciantes y consumidores en Bilbao, Valencia o Santiago de Compostela. La lujuria del amor pasajero hacia los objetos en venta cuenta con el impulso y la fuerza de miles de millones de bombillas que iluminan a un flujo incesante de personas con bolsas llenas de compras. ¿Pero a quién no le gustan las luces durante el invierno? Un año más, los bolsillos de los ciudadanos españoles cargan con el coste del tan aclamado por unos, y tan contestado por otros, alumbrado navideño.

Los interruptores de las luces navideñas se activaron hace semanas. Las estrellas del cielo, ya de por si imperceptibles en las ciudades por la contaminación lumínica, se sustituyeron por estrellas azules, rojas o amarillas que cuelgan de estructuras metálicas por todos los centros históricos y comerciales. Y ahora no solo no se pueden ver las auténticas estrellas desde la ciudad, sino que los astros ficticios colgados en las ciudades en este tiempo, se pueden observar desde el espacio. Todo un mundo de fantasía que tiene un único objetivo: favorecer y activar el comercio durante la campaña de Navidad.

Que la Navidad ha sido secuestrada por los cánones consumistas grabados a hierro en la sociedad occidental, no es nada novedoso. Empresarios y grandes superficies se anticipan y apresuran a utilizar la simbología cristiana, tan arraigada entre los españoles, en sus estrategias de marketing. Belenes en la entrada del Corte Inglés de Plaza Catalunya, en Barcelona. Jesús, defensor de los pobres, en el escaparate del Zara (la mayor cadena minorista de ropa del mundo), de Gran Vía de Madrid. Y en la Campana sevillana, ese inmigrante que nunca va a ser deportado por una devolución en caliente: Santa Claus, más conocido en nuestras tierras como Papá Noel.

Mientras los comerciantes de las ciudades españolas aplauden la inversión realizada por los ayuntamientos en luces festivas, la factura energética y ecológica sigue ascendiendo. A pesar de que en los últimos años, debido a la crisis, el presupuesto dedicado a tal elemento ha ido en descenso, urbes como Madrid, la que más despilfarra con diferencia, dedica millones de euros al alumbrado. En definitiva, estas siguen siendo unas fiestas poco sostenibles para muchas localidades del país.

Aquí algunos presupuestos públicos para las luces de la campaña de Navidad 2014-2015:

  1. Madrid: 1.715.281€.
  2. Málaga: 573.211€.
  3. Barcelona: 450.000€.
  4. Sevilla: 447.759€.
  5. Palma de Mallorca: 330.000€.
  6. Oviedo: 257.000€.
  7. Valladolid: 213.565€.
  8. Zaragoza: 166.000€.
  9. Melilla: 150.979€.
  10. Toledo: 130.000€.
  11. Santander: 100.000€.
  12. Pamplona: 68.522€.
  13. Valencia: 57.717€.

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¿estos presupuestos son reales?
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