Seres Urbanos
Coordinado por Fernando Casado

Reflexiones sobre la inseguridad alimentaria y la urbanización en Africa

Foto de Neil Palmer (CIAT) / Creative Commons

Según el último informe del Africa Progress Panel, actualmente, el 40% de los africanos vive en ciudades. Se estima que para 2030, la demografía urbana habrá aumentado con la urbanización de la mitad de los africanos del continente si las cifras de crecimiento urbano anual del 4% se siguen manteniendo, y que en 2060 será el 60% del continente el que habite en las ciudades. A pesar de que la disparidad de datos es evidente cuando se compara la urbanización de los diferentes países, (el 70% de la población de Argelia es urbana, frente a un 50% de la población nigeriana o el 18% de la de Etiopía, según informes del Nepad), parece que el fenómeno de la urbanización es imparable.

Los datos, se deberían presentar favorables para el sector de la agricultura, por un aumento proporcional de las relaciones entre la economía urbana y la economía rural, como ha sucedido en la mayor parte del planeta con el fenómeno de la urbanización. A más población, más necesidad de alimentos, y por lo tanto, más ingresos para la agricultura o la ramadería. Pero, ¿cuál es la relación real entre la agricultura de las zonas rurales y los productos comercializados para el consumo humano en las ciudades de África? ¿Está beneficiando realmente la urbanización africana a la producción agrícola local?

La Unión Europea, en virtud del programa de Política Agrícola Común (PAC), gastó el año pasado más del 40% de su presupuesto a subvencionar a los agricultores europeos. Sin embargo, África se ha convertido en un "Importador crónico". Los planes de ajuste estructural impuestos por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional - que debilitaron los estados africanos hasta reducirlos a su mínima expresión-, obligaron a las naciones africanas a dejar de invertir en la agricultura si querían recibir apoyo para hacer frente a la "deuda externa", cosa que facilitó la importación de alimentos subsidiados desde Europa o Estados Unidos. Así África pasó de ser exportadora durante la década de las independencias a ser la importadora de alimentos que es a día de hoy, a pesar de su enorme extensión de tierras cultivables (el 65% de toda la tierra cultivable del planeta se encuentra en África).

La importación de productos como el trigo, el arroz o el maíz ha hecho incrementar el precio de los productos básicos locales. Solamente el 5% de las importaciones de cereales en los países africanos proviene de otro país del continente según The Ghanaian Times. Y de hecho, actualmente África importa casi todo lo que consume, cosa que evidencia la dificultad de la mayoría de estado africanos para competir con el mercado global de alimentos. Además, a pesar de que las exportaciones agrícolas africanas cayesen estrepitosamente durante los 90, los productos agrícolas africanos provenientes de las tierras más fértiles se dedican básicamente a la exportación y no al consumo local.

A pesar de las duras políticas económicas impuestas a partir de los años 80, otros son los factores que empeoran la situación del sector agrícola africano. Los desastres naturales, la degradación del suelo y la desertización (que representan una pérdida del 4% del PIB en Etiopía o un 11% en Malaui), la falta de inversión en estructuras que faciliten el transporte de alimentos del campo a la ciudad, los aranceles que hay que pagar para transportar productos de un país africano a otro o la falta de sistemas de irrigación que permitan a las poblaciones locales producir en grandes cantidades para poder enviar a las ciudades o para consumo propio, son algunas de las principales causas de la inseguridad alimentaria en la mayor parte del África subsahariana.

Gado, el dibujante tanzano establecido en Kenia publicó, no hace mucho, una viñeta donde evidencia la disparidad en las inversiones realizadas por el gobierno en el sector petrolífero o en el sector agrícola. En la viñeta, los habitantes de la región del lago Turkana, en el nordoeste del país, - dónde las inversiones en el petróleo descubierto hace un año han llevado desastre y pobreza a las poblaciones locales-, se quejan al gobierno por la falta de inversión para encontrar y distribuir agua. "Alegraos, hemos descubierto petróleo!", dice un grupo de personas trajeadas. Al lado, los turkana, con posados serios, replican: "¿Y cuándo vais a descubrir agua...?!".

Si la agricultura rural no puede proveer a las poblaciones urbanas de los productos necesarios, ya sea por la falta de infraestructuras o por las nefastas consecuencias del cambio climático, ¿por qué no invierte en agricultura en las zonas peri-urbanas (a dos o tres horas de distancia de los centros urbanos)? Y si no es ese el problema, ¿cómo va a conseguir alimentar África a su población urbana con productos locales? ¿Se va a ceder al monopolio de los campos por parte de empresas extranjeras? ¿Se abrazará la utilización de semillas genéticamente modificadas? ¿Se reemplazará la agricultura de subsistencia y el empleo de campesinos por la agricultura extensiva y la pérdida de trabajo rural?

“El acaparamiento de tierras y las inversiones extranjeras para convertir África en el granero del mundo no son nada nuevo. Es un disfraz de neocolonizadores de corbata a caballo del libremercado: cultiven azúcar, cacao, café, caucho —decían entonces— y saldrán de la miseria. Cultiven soja, palma africana o cualquier cosa que necesite la agroindustria o nuestros automóviles —dicen ahora— y verán cómo les llueve el progreso. Mentiras criminales”, decía Gustavo Duch, coordinador de la publicación Soberanía alimentaria, tal como nos explicaba Miguel Ángel García en un artículo del año pasado para El País.

Sea como sea, la inseguridad alimentaria en las ciudades africanas no hace más que ir en aumento. Y con el 70% de la población urbana africana residente en asentamientos informales, ¿cómo se va a solucionar el acceso a los alimentos y la erradicación del hambre en las ciudades africanas?

Comentarios

una pregunta dificil de contestar porque no hay interés político en hacerlo, los africanos sólo malviven en su continente y no se les permite avanzar, son los pobres que necesitan las ONG y las iglesias y resto de confesiones, su papel en la vida ya está escrito, el resto de paises del mundo tienen en Africa su lugar de encuentro y de juego, de ambición y especulación, no importa que pasen hambre es su destino, los pocos que no la pasan son títeres movidos por las mismas manos para seguir haciendo lo mismo, pero lo noble puede transformarse en fiero y empezar a despertarse.
Muy de acuerdo con todo lo manifiesto en este artículo. Lamentablemente las preguntas formuladas en la parte final tienen muy sombría respuesta. Respecto a la usurpación de las tierras fértiles africanas por empresas extranjeras, mi pregunta es: ¿acaso no ha sucedido eso ya? Al menos sí que está sucediendo. ¿Qué porcentaje del total está en manos ya de empresas chinas en el Africa Oriental; y que porcentaje de la zona del Sahel está ya siendo explotado por empresas europeas y norteamericanas?Sí que consigue este artículo darnos una idea clara: la seguridad alimentaria en África va a ser cada vez más precaria. Creo convencidamente que este hecho es innegable. Y también creo que la solución no está en el ámbito político, al menos no a corto plazo, sino en el fortalecimiento de las poblaciones rurales a través de una cooperación internacional seria. De verdad creo que es sólo el modelo auténticamente cooperativista el que pueda salvar a África y al resto del planeta del expolio del libre mercado. Hay que apoyar desde nuestro mundo más occidental el nacimiento y la consolidación de cooperativas agrarias que concentren una buena oferta de productos agroalimentarios,con la que puedan hacer frente al poder de los mercados a la hora principalmente de ser comercializados a un precio digno. Y por supuesto que garantice el abastecimiento de al menos las zonas rurales donde se encuentren. Un modelo cooperativista, en fin, agroecológico. Es preciso apoyarlo desde aquí a través de nuestro consumo (comercio justo) y en el ámbito profesional, a través de nuestro acompañamiento según la especialidad de cada cual: agrónomos,economistas, periodistas... Esto es fundamental. Cuando esto suceda, ya habrá opción a un cambio político más adelante.Si no pasamos a la acción desde nuestro consumo personal de alimentos hasta la divulgación de iniciativas cooperativistas a través de nuestras redes sociales, no podremos garantizar que la próxima generación pueda disfrutar de nuestro planeta.Cantemos porque tenemos vida, y no por temor a morir.Gracias por esta información y a seguir en esta línea.David Fuertes PérezIngeniero Agrónomo y Traductor
una pregunta dificil de contestar porque no hay interés político en hacerlo, los africanos sólo malviven en su continente y no se les permite avanzar, son los pobres que necesitan las ONG y las iglesias y resto de confesiones, su papel en la vida ya está escrito, el resto de paises del mundo tienen en Africa su lugar de encuentro y de juego, de ambición y especulación, no importa que pasen hambre es su destino, los pocos que no la pasan son títeres movidos por las mismas manos para seguir haciendo lo mismo, pero lo noble puede transformarse en fiero y empezar a despertarse.
Muy de acuerdo con todo lo manifiesto en este artículo. Lamentablemente las preguntas formuladas en la parte final tienen muy sombría respuesta. Respecto a la usurpación de las tierras fértiles africanas por empresas extranjeras, mi pregunta es: ¿acaso no ha sucedido eso ya? Al menos sí que está sucediendo. ¿Qué porcentaje del total está en manos ya de empresas chinas en el Africa Oriental; y que porcentaje de la zona del Sahel está ya siendo explotado por empresas europeas y norteamericanas?Sí que consigue este artículo darnos una idea clara: la seguridad alimentaria en África va a ser cada vez más precaria. Creo convencidamente que este hecho es innegable. Y también creo que la solución no está en el ámbito político, al menos no a corto plazo, sino en el fortalecimiento de las poblaciones rurales a través de una cooperación internacional seria. De verdad creo que es sólo el modelo auténticamente cooperativista el que pueda salvar a África y al resto del planeta del expolio del libre mercado. Hay que apoyar desde nuestro mundo más occidental el nacimiento y la consolidación de cooperativas agrarias que concentren una buena oferta de productos agroalimentarios,con la que puedan hacer frente al poder de los mercados a la hora principalmente de ser comercializados a un precio digno. Y por supuesto que garantice el abastecimiento de al menos las zonas rurales donde se encuentren. Un modelo cooperativista, en fin, agroecológico. Es preciso apoyarlo desde aquí a través de nuestro consumo (comercio justo) y en el ámbito profesional, a través de nuestro acompañamiento según la especialidad de cada cual: agrónomos,economistas, periodistas... Esto es fundamental. Cuando esto suceda, ya habrá opción a un cambio político más adelante.Si no pasamos a la acción desde nuestro consumo personal de alimentos hasta la divulgación de iniciativas cooperativistas a través de nuestras redes sociales, no podremos garantizar que la próxima generación pueda disfrutar de nuestro planeta.Cantemos porque tenemos vida, y no por temor a morir.Gracias por esta información y a seguir en esta línea.David Fuertes PérezIngeniero Agrónomo y Traductor

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