Cartas al director

No nos engañemos ni nos dejemos engañar

Pues eso: ni España roba a Cataluña, ni Cataluña roba a España. Los “ladrones”, los que se apropian de los bienes ajenos, unos presuntos y otros ya condenados, tienen nombres y apellidos bien conocidos por el público en general y, casualmente, tienen en común la pertenencia a cualquiera de las élites de este país, partidos políticos, sindicatos y empresarios.

Y los perdedores, siempre los mismos: el pueblo llano y la gente honrada de Castilla, Andalucía, Cataluña o cualquier otra zona de España. Nos tratan de engañar desde esas mismas élites haciéndonos creer que todos somos responsabl...

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Pues eso: ni España roba a Cataluña, ni Cataluña roba a España. Los “ladrones”, los que se apropian de los bienes ajenos, unos presuntos y otros ya condenados, tienen nombres y apellidos bien conocidos por el público en general y, casualmente, tienen en común la pertenencia a cualquiera de las élites de este país, partidos políticos, sindicatos y empresarios.

Y los perdedores, siempre los mismos: el pueblo llano y la gente honrada de Castilla, Andalucía, Cataluña o cualquier otra zona de España. Nos tratan de engañar desde esas mismas élites haciéndonos creer que todos somos responsables por igual, y lanzando cortinas de humo de unos contra otros para tapar sus propias vergüenzas. ¿Hasta cuándo les vamos a consentir que nos manejen a su antojo? ¿cuándo tomaremos conciencia de nuestra responsabilidad por mantener a tanto corrupto en el poder?— Lola González Canalejo. Valladolid.

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Cuando leí la noticia acerca de la exención tributaria por la financiación ilegal en el PP, la primera pregunta que me vino a la cabeza fue la siguiente: ¿se le habrá quedado al resto de españoles la misma cara de tonta que a mí al leerlo?

¿Cómo es posible afirmar que en la definición de donaciones exentas de pagar impuestos no se exige que sean de acuerdo a la ley? Porque en tal caso y, ante lo ilógico de la afirmación, quizá lo correcto sería pensar que, o bien no eran “donaciones”, o que la ley bien merece una reforma al respecto. ¿Cómo se puede ofrecer impunidad tributaria ante tal “desfalco”?

Todo son preguntas. En palabras de Séneca: ¿qué es este lugar? Aparentemente, un lugar en el que se puede multar a gente que muere de hambre por rebuscar en la basura, pero que no contempla la posibilidad de tomar medidas severas contra la corrupción.— Lara Suárez Alcázar. Albacete.

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