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Afganas contra viento y marea

Un libro y una exposición itinerante muestran la dura situación de las mujeres de Afganistán a 13 años de la caída del régimen talibán

Su primer marido fue asesinado en los años ochenta y se quedó viuda con un niño de un año y una hija de 40 días. Fue obligada a contraer un segundo matrimonio con un comandante muyahidín, que fue asesinado por los talibanes. Hoy da clases de costura a otras víctimas y las convence para que no se queden calladas Gervasio Sánchez
De 35 años, es hermana de Zarin Muhammad Ayan, de 14, que murió en un bombardeo realizado por la facción al mando del señor de la guerra Gulbuddin Hekmatyar a principios de la década de los noventa, durante el mandato del Gobierno prosoviético de Muhammad Najibullah .Gervasio Sánchez
De 20 años, con su hija de cinco y su hijo de dos. Su padre la casó a la fuerza con un hombre 30 años mayor que ya tenía una primera esposa. Huyó del hogar conyugal, vive en una casa de acogida y quiere divorciarseGervasio Sánchez
La mayoría de las jugadoras de fútbol son estudiantes de secundaria o universitarias y pertenecen a familias de clase social media y alta. En Kabul existen 16 equipos de fútbol y en 2013 se celebré el primer campeonato femenino. La entrada al campo solo estuvo permitida a los familiares de las futbolistas.Gervasio Sánchez
Sufre quemaduras de tercer grado en el 72% de su cuerpo. Ella misma se quemó a lo bonzo en protesta por el trato que le dispensaba su suegra. Después de un mes de agonía, murió dejando tres hijos de corta edad. Gervasio Sánchez
Tiene 13 años y es boxeadora. No quiere contraer matrimonio para poder continuar estudiando cuando acabe la educación secundaria. Una organización humanitaria afgana se encarga de la dotación deportiva, del transporte desde su casa al lugar de entrenamiento y de pagarle un euro y medio por cada día que boxea.Gervasio Sánchez
Tiene 16 años y huyó de la casa de su primo porque abusaba sexualmente de ella y era drogadicto. Rokhshane también cayó en la adicción. Fue condenada a siete meses de encierro en un correccional. Gervasio Sánchez