¿Ayuda o estrategia?
Esta semana me levanté con la noticia que Apple pagará a sus empleadas la congelación de óvulos y con su correspondiente polémica. Y es que mucha gente opina que es una estrategia de la empresa para retrasar la maternidad de sus empleadas y así “aprovecharlas” laboralmente el máximo tiempo posible. ¿Realmente alguien está obligando a estas mujeres a congelar sus óvulos? No, simplemente su empresa les está ofreciendo un servicio y una ayuda. La maternidad es cada vez más tardía y el número de mujeres que recurre a la congelación de óvulos está in crescendo. En general, tendemos a sospe...
Esta semana me levanté con la noticia que Apple pagará a sus empleadas la congelación de óvulos y con su correspondiente polémica. Y es que mucha gente opina que es una estrategia de la empresa para retrasar la maternidad de sus empleadas y así “aprovecharlas” laboralmente el máximo tiempo posible. ¿Realmente alguien está obligando a estas mujeres a congelar sus óvulos? No, simplemente su empresa les está ofreciendo un servicio y una ayuda. La maternidad es cada vez más tardía y el número de mujeres que recurre a la congelación de óvulos está in crescendo. En general, tendemos a sospechar de los “buenos gestos” de estas grandes empresas y siempre intentamos buscarle cinco pies al gato. Es verdad que hay veces que este quinto pie existe, pero también creo que tenemos que olvidarnos de esos prejuicios y ser un poco menos desconfiados y más agradecidos. Probablemente se trata de una estrategia de comunicación interna y el objetivo más oscuro y perturbador que podremos encontrar detrás de esta acción será probablemente el de que sus empleados estén contentos con su empresa y vayan a trabajar pensando que están en la mejor empresa del mundo. ¿Qué daño puede hacer eso?— Judith Fontanals Garcia. El Prat de Llobregat, Barcelona.
Hay marcas a las que les tenemos un especial cariño. Eso es así, a todos nos pasa, las queremos y no sabemos ni el porqué. A mí me pasaba con Apple, y lo digo en pasado porque ahora eso ha cambiado. Es una gran injusticia que una mujer no sea contratada, o sea despedida, por estar embarazada o en edad de procrear. Pero aún es peor incentivarla para que congele sus óvulos y deje la maternidad para pasados los 40. Estamos en el siglo XXI y las desigualdades de género siguen presentes. ¿Cuándo acabarán? Parece que nunca, porque aunque haya extraordinarias iniciativas como la que anunciaba Emma Watson el pasado 22 de septiembre, los salarios y las oportunidades de trabajo siguen siendo menores para las mujeres.— Marta Vilalta Riera. Montcada i Reixac, Barcelona.