La decisión de la alcaldesa
Ana Botella no se presentará a la alcaldía de Madrid, pero sigue hasta las elecciones. Decisión desacertada, pues debe dimitir. Madrid no tiene la culpa de los pactos entre Rajoy, Aznar y Gallardón, el anterior alcalde y responsable de la deuda de más de 7.000 millones de euros.
Parece ser que ahora no es la candidata adecuada; acaso la huidiza de la policía, Esperanza Aguirre; acaso Sáenz de Santamaría, que dice que lo deben decidir los órganos del partido. Madrid es otra cosa, tenemos una ciudad sucia y con humos, desprotegida, desprotegido el patrimonio cultural, desprotegidos los ci...
Ana Botella no se presentará a la alcaldía de Madrid, pero sigue hasta las elecciones. Decisión desacertada, pues debe dimitir. Madrid no tiene la culpa de los pactos entre Rajoy, Aznar y Gallardón, el anterior alcalde y responsable de la deuda de más de 7.000 millones de euros.
Parece ser que ahora no es la candidata adecuada; acaso la huidiza de la policía, Esperanza Aguirre; acaso Sáenz de Santamaría, que dice que lo deben decidir los órganos del partido. Madrid es otra cosa, tenemos una ciudad sucia y con humos, desprotegida, desprotegido el patrimonio cultural, desprotegidos los ciudadanos de los árboles, desprotegidos en los macroconciertos, con importantes carencias sociales y de equipamiento, mientras que se autorizan auténticos pelotazos urbanísticos y el patrimonio de viviendas de alquiler cedido a fondos buitre. Si no dimite la señora Botella, mucho me temo que su próximo acto público será el 9 de noviembre, día de la Almudena, con mantilla y en bicicleta.— José Rafael Gutiérrez Vizuete.