Tornados de fuego

La masa de aire que toca el fuego se calienta, se vuelve más ligera y asciende, succionando a la vez aire más fresco

Incendio en CaloiforniaGene Blevins (Corbis)

Hablar de tornados es sinónimo de destrucción y del más rápido y violento viento sobre el Planeta. Los hemos visto formando potentes remolinos de aire sobre tierra y en el agua (trombas marinas), pero existen también otros fenómenos similares, no tan destructivos pero con carcaterísticas similares, como los remolinos de polvo y los tornados de fuego, mucho más peligrosos, espectaculares y difíciles de apagar. Estos se forman a partir de incendios forestales. La masa de aire que está en contacto con el fuego se calienta, se vuelve más ligera y asciende, succionando a la vez aire más fresco de s...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Hablar de tornados es sinónimo de destrucción y del más rápido y violento viento sobre el Planeta. Los hemos visto formando potentes remolinos de aire sobre tierra y en el agua (trombas marinas), pero existen también otros fenómenos similares, no tan destructivos pero con carcaterísticas similares, como los remolinos de polvo y los tornados de fuego, mucho más peligrosos, espectaculares y difíciles de apagar. Estos se forman a partir de incendios forestales. La masa de aire que está en contacto con el fuego se calienta, se vuelve más ligera y asciende, succionando a la vez aire más fresco de su alrededor que va llenando el espacio que deja el aire al subir.

Estas corrientes convectivas de aire que van llegando no solo irán elevando el remolino sino que también lo irán comprimiendo y haciendo que sea más enérgico. Si vemos alguno hay que alejarse rápidamente, no solo por el viento que genera sino por el calor que transmite.

Pueden llegar a tener entre 10 y 50 metros de alto, una velocidad de giro de unos 35 km/h y no suelen durar mucho tiempo. No obstante, se han llegado a ver tornados de fuego impresionantes de hasta 1 kilómetro de alto, con vientos de hasta 160km/h y durar más de media hora haciendo que la temperatura en sus alrededores ascienda hasta los 400 grados. Cuando esto sucede reciben el nombre de tormentas de fuego. En 1923, durante la gran catástrofe del terremoto de Kanto (Japón), se formó una de estas tormentas del tamaño de una ciudad, produciendo un gigantesco tornado de fuego que mató a 38.000 personas en apenas quince minutos.

Archivado En