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Territorios minados

Proyectiles, bombas, minas antipersona... el suelo de Laos todavía es un campo sembrado de armas. Diversas organizaciones trabajan para limpiarlo y atender a las víctimas

Eim Shok Kheng muestra las heridas que le provocó el pequeño proyectil de una bomba de racimo lanzada en la frontera de Laos y Camboya. Conocía el riesgo que entrañaba el explosivo, parecido a una pelota de tenis, pero le pudo la curiosidad. Perdió parte de dos dedos y de una pierna.ZIGOR ALDAMA
Varios proyectiles de diferentes tamaños esperan a ser adquiridos en una chatarrería. Muchos lugareños buscan por su cuenta las bombas para retirar el explosivo y vender el metal. A pesar de que su precio ha caído de forma notable, esta práctica sigue siendo una de las principales causas de accidentes con los explosivos.ZIGOR ALDAMA
Dos niños juegan frente a un muro de carcasas de bombas de gran tamaño en un pequeño poblado de la provincia laosiana de Xieng Khuang. Muchos viven de la agricultura y consiguen un ingreso extra gracias a la venta de metal procedente de los proyectiles.ZIGOR ALDAMA
Las carcasas de las bombas más grandes se utilizan como pilares en construcciones tradicionales o como jardineras para los residentes más coquetos de los poblados de Xieng Khuang.ZIGOR ALDAMA
Luong y su primo dan forma a una hoz que han fabricado con métodos tradicionales utilizando metales reciclados de proyectiles. La venderán a vecinos o en el mercado y obtendrán más beneficio que vendiendo el metal a peso en la chatarrería.ZIGOR ALDAMA
Explosión controlada de un artefacto localizado en un terreno agrícola.PNUD
Dos especialistas de UXO Lao recorren con un detector de metales un campo que están 'limpiando' para que pueda ser utilizado sin riesgo por agricultores.PNUD
Representación de cómo se esparcen las 670 'bombitas' que esconde en su interior cada bomba de racimo CBU-24 en el museo que la ONG Cope -que ayuda a las víctimas- tiene en Vientián, capital de Laos. Estados Unidos lanzó 270 millones de estas peligrosas 'pelotas' en el país, y unos 80 millones no estallaron.ZIGOR ALDAMA
Uno de los niños que participan en el juego que UXO Lao lleva a cabo en Xieng Khuang para informar de los peligros que se esconden en su territorio muestra la fotografía de una pequeña bombita, el explosivo que más víctimas causa entre los más pequeños.ZIGOR ALDAMA
Los miembros de UXO Lao acaban el juego con imágenes muy duras que muestran las consecuencias de haber manipulado explosivos. Los niños se muestran especialmente afectados. "Hay que demostrarles que el peligro es real. Es mejor que tengan miedo", reconoce uno de los trabajadores de UXO Lao.ZIGOR ALDAMA
Un agricultor utiliza un tractor para preparar la tierra de cara a la nueva cosecha. El uso de maquinaria ha ido eliminando los tradicionales arados tirados por bueyes, y eso ha provocado un aumento del número de accidentes por explosiones, ya que los tractores remueven la tierra a mayor profundidad.ZIGOR ALDAMA