Más humanidad en las ciencias
El debate sobre la división académica entre ciencias y letras no se terminará hasta que no se resuelvan los tópicos que hay entre unos y otros. No se trata de ponerse de un lado o de otro, simplemente hay que admitir que darle más valor o prestigio a unos conocimientos y profesiones es totalmente absurdo.
El Humanismo supo transmitir la necesidad de desarrollar, por igual, todos aquellos ámbitos que buscaban mejorar al ser humano en su conjunto: música, medicina, literatura, arte, filosofía, todos respondían al mismo objetivo y así se logró una época dorada que nos dejó grandes obras co...
El debate sobre la división académica entre ciencias y letras no se terminará hasta que no se resuelvan los tópicos que hay entre unos y otros. No se trata de ponerse de un lado o de otro, simplemente hay que admitir que darle más valor o prestigio a unos conocimientos y profesiones es totalmente absurdo.
El Humanismo supo transmitir la necesidad de desarrollar, por igual, todos aquellos ámbitos que buscaban mejorar al ser humano en su conjunto: música, medicina, literatura, arte, filosofía, todos respondían al mismo objetivo y así se logró una época dorada que nos dejó grandes obras con las que hoy la humanidad sigue deleitándose. Han pasado muchos siglos desde aquello y caminamos hacia el individualismo de tal manera que solo se habla de rivalidades. Las ciencias y las humanidades se complementan en su esencia; por lo tanto, todo aquello que hacemos para diferenciarlas es absurdo.
El profesorado tiene mucho que hacer para romper esas fronteras. En los centros educativos se oían, cuando yo estaba en BUP, expresiones como “éste para letras porque no es buen estudiante” y ahora que soy profesora sigo oyendo lo mismo. Es un acto de egoísmo querer llevarse a los mejores alumnos a un ámbito determinado, normalmente el científico. Y es lamentable que los alumnos que eligen por vocación ámbitos sociolingüísticos tengan que “aguantar” a compañeros disruptivos que están ahí porque “es lo más fácil”. Este país necesita mucha humanidad.— Rosa Santa Daría Hernández.