Cartas al director

Mujeres en la India

El mes pasado el Tribunal Supremo de India aceptó a los transexuales como tercer género, distinto al masculino y al femenino. Es más, la ONU les felicitó por ello. Los jueces encargados de dictar sentencia afirmaron que los transexuales también son ciudadanos de ese país y que se trataba de una cuestión de derechos humanos. El organismo judicial pidió al Poder Ejecutivo que se les considere como un grupo social para el que debe reservarse trabajo público y plazas en centros educativos. Respaldaron su petición afirmando que el espíritu de la Constitución aboga por la igualdad de oportunidades a...

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El mes pasado el Tribunal Supremo de India aceptó a los transexuales como tercer género, distinto al masculino y al femenino. Es más, la ONU les felicitó por ello. Los jueces encargados de dictar sentencia afirmaron que los transexuales también son ciudadanos de ese país y que se trataba de una cuestión de derechos humanos. El organismo judicial pidió al Poder Ejecutivo que se les considere como un grupo social para el que debe reservarse trabajo público y plazas en centros educativos. Respaldaron su petición afirmando que el espíritu de la Constitución aboga por la igualdad de oportunidades a cada ciudadano para que crezca y alcance su potencial sin importar su casta, religión o género.

Sin embargo, las mujeres siguen siendo víctimas de oprobio, humillaciones y agresiones sexuales que siguen sin ser castigadas por la ley. De nada sirve una reforma legislativa si no se aplican las nuevas leyes. Los derechos humanos de las mujeres son violados constantemente. Sufren la violencia en el ámbito doméstico, sexual, por discriminación de casta, o a través de los crímenes de honor. Y la impunidad es la norma.

Lo peor de todo es que la ausencia de soluciones, de protección estatal y las elevadas tasas de exclusión y marginalización social, hacen que las mujeres acepten situaciones insufribles como parte de su cotidianidad. Me pregunto dónde está la ONU ahora que, otra vez y por desgracia, dos niñas han sido violadas en grupo y ahorcadas ante la pasividad de la policía, que ignoró a sus familiares cuando denunciaron su desaparición.— Judit Deig Ramos.

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