Cartas al director

La fuerza de la sanidad

Soy médico de la sanidad pública desde que hice la especialidad en medicina interna hace 39 años, y en todo este periodo de tiempo es notable el avance que se puede apreciar en nuestro sistema sanitario tanto en la calidad de la asistencia como en el grado de avances en conocimientos e investigación. Hace unos días un dolor insoportable en la boca del estómago me hizo sentir que era mortal y precisé acudir a mi hospital; estaba asustado a pesar de mis conocimientos y experiencia, era la primera vez que me pasaba y necesitaba ayuda. La tuve desde el primer momento. Tras mi llegada al Servicio d...

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Soy médico de la sanidad pública desde que hice la especialidad en medicina interna hace 39 años, y en todo este periodo de tiempo es notable el avance que se puede apreciar en nuestro sistema sanitario tanto en la calidad de la asistencia como en el grado de avances en conocimientos e investigación. Hace unos días un dolor insoportable en la boca del estómago me hizo sentir que era mortal y precisé acudir a mi hospital; estaba asustado a pesar de mis conocimientos y experiencia, era la primera vez que me pasaba y necesitaba ayuda. La tuve desde el primer momento. Tras mi llegada al Servicio de Urgencias pude comprobar algo que los sanitarios hacemos a diario, pero esta vez en mis propias carnes. Una vez recuperado del susto y analizado todo mi proceso tengo que decir que como paciente lo que más me ha impresionado ha sido eso que llamamos el trato humano, la calidez expresada en cada gesto, mirada, palabra de apoyo, abrazo o muestra de preocupación.

Tenemos una sanidad pública de gran calidad. No es gratuita, la pagamos con nuestros impuestos, y tenemos la responsabilidad de mantenerla y defenderla entre todos. Los sanitarios estamos obligados a ser eficientes en cada decisión utilizando correctamente los recursos, los pacientes a utilizar los servicios sanitarios de forma adecuada y los políticos y gestores han de cuidarla como un gran bien preciado. La fuerza de la sanidad reside en las personas. Mi agradecimiento a todas las personas que me han cuidado en el complejo hospitalario de Ourense.— Manuel de Toro Santos. Médico internista.

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