Blogs / Cultura
Del tirador a la ciudad
Coordinado por Anatxu Zabalbeascoa

Casa a partir de una ruina

FOTO: José Hevia

De ruina a vivienda. En Cilleros, un pueblo cacereño al norte de la provincia, el estudio de cuatro proyectistas Arquitectura G (Jonathan Arnabat, Jordi Ayala-Bril, Aitor Fuentes e Igor Urdampilleta) tuvo ocasión de ensayar una intervención rompedora: “Hay ocasiones en las que lo contemporáneo no es utilizar materiales de última generación, sino aprovechar el saber local y la fiabilidad de los material...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

FOTO: José Hevia

De ruina a vivienda. En Cilleros, un pueblo cacereño al norte de la provincia, el estudio de cuatro proyectistas Arquitectura G (Jonathan Arnabat, Jordi Ayala-Bril, Aitor Fuentes e Igor Urdampilleta) tuvo ocasión de ensayar una intervención rompedora: “Hay ocasiones en las que lo contemporáneo no es utilizar materiales de última generación, sino aprovechar el saber local y la fiabilidad de los materiales tradicionales adaptándose al contexto económico y geográfico”, opinan. Esta vivienda entre medianeras, de planta alargada y crujía estrecha es una de esas ocasiones bien aprovechada que ha obtenido, además, el Premio Ascer al mejor trabajo interior.

La ruina de la antigua casa tenía detrás un huerto. Y eso fue lo que la propietaria pidió: luz y recuperar el huerto. A cambio ofrecía poco dinero (66.000 euros) y fe ciega. Cerrada y construida con piedra, la antigua vivienda tenía una iluminación y una ventilación deficientes. Por eso los arquitectos pensaron sanearla con una solución radical: vaciarla manteniendo la fachada de piedra y las medianeras de tapial. El interior gira ahora en torno a ese patio y el patio, en torno a un abedul. Una de las mejores cosas de la casa es el alcorque de ese abedul: un agujero entre los baldosines cerámicos del suelo. Otra, la función del abedul: dar sombra en verano y permitir que el sol se acerque en invierno cuando el árbol pierda las hojas. Ese espíritu espartano e ingenioso a la vez es el interior: cuatro forjados escalonados, cuatro bandejas de un uso único: cocina, salón y dormitorios, todos con luz natural y todos con ventilación.

El lujo de esta casa pobre es su luminosidad, pero además hay confort y, si me permiten la cursilería, poesía. Cada habitación tiene su propio baño, abierto completamente al patio y con doble acceso, desde la propia habitación y desde el pasillo. Los acabados no solo no molestan, también acompañan. El revestimiento de los baños (baldosa esmaltada blanca con brillo) refleja las hojas del abedul y la luz del patio aumentando su efecto. “La obra muestra su materialidad sin complejos y contrasta deliberadamente con las texturas irregulares del tapial y de la piedra, que se han pintado a la cal”, explican los arquitectos, y es cierto que, entre otras cosas, la casa es al final un marco, un lienzo para los juegos cromáticos del blanco de las paredes, el rojo de la cerámica y el verde del abedul.

Ese material cerámico da la textura, el color y el ahorro: no fueron necesarios pinturas ni falsos techos. Ese es uno de los secretos. El otro es una cuestión técnica, de trabajo de cálculo y diseño: sobre las alas inferiores de los forjados –que son unidireccionales y de vigas de perfilería IPE 100- se apoyan, machihembrados, tableros cerámicos que, sumados a la capa de compresión conforman un forjado de solo 15 centímetros de canto. Ese suelo escaso contribuye a la ligereza del proyecto y contrasta con la rugosidad de las medianeras.

 Superficie construida: 136.5 m²

 Presupuesto(PEM): 66.000€

Precio €/m2 según arquitectos: 483,5 M

Comentarios

Es precioso. Muy bien medio pensado además, pero tiene un porompomPERO: el abedul. Para mi que la propietaria es urbanita, por querer conservar el huerto y por querer tener el abedul. Ese árbol va a poner perdida la casa de cortezas, hojas y amentos, pero eso no es gran problema, que ese pavimento se barre muy bien. Así estamos en mi casa y en la de mis padres y con barrer a menudo y procurar que las hojas no obstruyan el desagüe está todo hecho. El problemón que tienen es el tipo de árbol, que tiene muchas raíces SUPERFICIALES que se extienden mucho. Además, que como es un árbol que necesita humedad lo mejor es que lo rieguen a diario, porque si no las raíces crecerán disparadas hacia cualquier tubería (es increíble como detectan la humedad) y en el recorrido irán levantando todo el pavimento. Vamos, que lo de aprovechar los conocimientos locales, no se yo... Eso sí, la intervención es rompedora, pero del pavimento. El otro día nos contaste que le dieron un premio a la mejor cerámica a otra obra, no recuerdo, pero yo se lo daría a esta mejor porque lo más seguro es que tengan que cambiar ese pavimento cerámico pronto. Otro problema es que los abedules viven poco, y verás la que habrá que armar para quitarlo.Suena fatal, ya lo sé, no es por tocar las narices ni trolear. La propietaria, que ande avisada y tenga bien regado el bicho.
Jose, los arquitectos piensan bien...Pero siempre tarde. Es un oficio dificil que conlleva maestria. Es decir un monton de ensayos y de errores. Llamelo experiencia.Los "urbanitas" (que no son cainitas por simples razones de exodo rural : los de ciudad son de pueblo) saben muy bien que los abedules rompen las pavimentaciones. De hecho en mi país de adopción ( o de deportación según el humor del día) los "urbanistas" prevén el volumen de tierra necesaria para tal tipo de árbol y lo delimitan con muros de hormigón ( mas o menos 10m3). Cuesta un paston pero no se mueve el suelo en 20 años.Buen proyecto como ejercicio de estilo y con matices : Si no adoptan medidas de conservacion de la ruina, la fachada se hara una "ruina". SaludosPD: si usted es un troll, yo no soy de Teruel...
No me gusta¿donde estan los materiales nobles?quiza la volumetria y sobra el hierro y el aluminio,una solucion barata y poco acorde con el ser humano.
Una solución inteligentísima y preciosa. Máximo rendimiento con pocos recursos. Felicito a los arquitectos.
Un árbol en un pequeño patio cerrado, este abedul allí solo y cerrado, me trae recuerdos de Japón donde las casas son sorprendentemente pequeñas y a pesar de la falta de espacio siempre tienen un lugar para un jardín. Este abedul también me recuerda a una película coreana "Primavera, verano, otoño, invierno...y primavera". El abedul en este patio tiene mas funciones que las mencionadas en el artículo. Lo primordial lo considero la humanización del espacio urbanizado. El árbol es la vida en un entorno muerto. Rompe la monotonía y el aburrimiento del espacio amurrallado y pavimentado, por que crece, por que cambia de vestido cada temporada, por que reacciona con los cambios del tiempo. Tiene unas particularidades (color, hojas y el sonido con el viento) que ha inspirado a muchos artistas en la historia. Vive mas que 100 años. Y los raíces sí que pueden levantar un poco la baldosa. Pero eso es tan importante? Creo que vale la pena barrer unas pocas veces durante el otoño para poder disfrutar de la belleza del árbol en el patio. Ocupa el mismo tiempo que preparar un cafe o unas palomitas.
Casper, barrer es algo que se puede asumir cuando se tiene un árbol, que rompa el pavimento no es asumible, de todos modos hay formas de proteger el pavimento y sobre todo las instalaciones.De las intervenciones que más me han gustado en mucho tiempo
Bonito resultado, alejándose de fósiles soluciones de supuesta nobleza material y con una carga de sensibilidad digna de admirar en un trabajo tan económico y simplificado. Me gusta especialmente ese efecto del suelo y techo en versión work in progress....
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En