Cartas al director

Coincidencias

Encuentro en el autobús a una conocida y me cuenta de sus hijos; el más pequeño, fisioterapeuta, después de no encontrar trabajo y de dos años como camarero en Ibiza, se ha marchado a Francia. Trabaja en un hospital público y, a pesar de no hablar bien francés, se siente muy bien valorado en su trabajo, gana 1.800 euros después de impuestos y cada día se reúne con el médico correspondiente para evaluar el progreso del paciente.

Curiosamente, yo vengo de pasar la mañana reclamando una adecuada atención a mi lesión de tobillo en el servicio de rehabilitación del complejo hospitalario de m...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Encuentro en el autobús a una conocida y me cuenta de sus hijos; el más pequeño, fisioterapeuta, después de no encontrar trabajo y de dos años como camarero en Ibiza, se ha marchado a Francia. Trabaja en un hospital público y, a pesar de no hablar bien francés, se siente muy bien valorado en su trabajo, gana 1.800 euros después de impuestos y cada día se reúne con el médico correspondiente para evaluar el progreso del paciente.

Curiosamente, yo vengo de pasar la mañana reclamando una adecuada atención a mi lesión de tobillo en el servicio de rehabilitación del complejo hospitalario de mi ciudad. No hay personal suficiente para atender el servicio y nos dan “vacaciones” de cinco días a los pacientes, continuamente pasamos de un fisio a otro y, casi siempre, somos atendidos por alumnos en prácticas.

El hijo de mi vecina se ha formado en la escuela de Fisioterapia de la Universidad de Extremadura. Unos pacientes franceses están aprovechando la formación que sus padres y nuestros impuestos le han dado. Yo no tengo fisioterapeuta que me atienda.— Remedios Tierno Velasco.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En