Periodismo en crisis

En referencia al artículo en Vida y Artessobre el futuro del periodismo del pasado 22 de diciembre, sin pretender entrar en el fondo, sí que querría hacer una matización sobre su comienzo. Se recuerda el accidente del Alvia del verano pasado y se cuenta cómo, para desesperación de los espectadores, la televisión estatal tardó “una eternidad” en llegar, cubriendo ese vacío “personas anónimas cargadas de dispositivos móviles”.

Ese día, a muchos, los minutos de espera se nos hicieron horas eternas. Pero solo quiero recordar que poco después del accidente hubo periodistas, grandísi...

En referencia al artículo en Vida y Artessobre el futuro del periodismo del pasado 22 de diciembre, sin pretender entrar en el fondo, sí que querría hacer una matización sobre su comienzo. Se recuerda el accidente del Alvia del verano pasado y se cuenta cómo, para desesperación de los espectadores, la televisión estatal tardó “una eternidad” en llegar, cubriendo ese vacío “personas anónimas cargadas de dispositivos móviles”.

Ese día, a muchos, los minutos de espera se nos hicieron horas eternas. Pero solo quiero recordar que poco después del accidente hubo periodistas, grandísimos profesionales que llenaron ese supuesto vacío del que se habla en el artículo con sus informaciones en directo para la radio.

Informaron desde el lugar, respaldados por otros muchos compañeros que dieron forma y sentido a todo aquello desde sus redacciones o desde otros escenarios de la noticia, haciendo recordar de qué va el periodismo. Por respeto a esas personas —y ahora sí voy al fondo del artículo—, cuando hablen del futuro de esta profesión acuérdense de quienes informan a través de un canal, la radio, que lleva décadas haciendo cada día lo que algunos piensan ahora que es “el futuro”.— Álvaro Zamarreño.