Cartas al director

Nuestros mayores están indefensos

El pasado lunes acompañé a mi madre al aeropuerto de Madrid, allí nos abordó una comercial que se dedica a captar clientes para tarjetas de crédito. Su agresividad, tuve que repetirle cinco veces que no estábamos interesadas, me ha motivado a escribir esta carta.

Nuestros mayores están totalmente indefensos ante las agresivas campañas comerciales. Mis padres han visto como su teléfono ha dejado de funcionar porque, al parecer, ellos habían contratado a otra compañía (por teléfono y sin ser conscientes de ello). También han contratado un servicio jurídico por una cuota fija, cuando ellos...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El pasado lunes acompañé a mi madre al aeropuerto de Madrid, allí nos abordó una comercial que se dedica a captar clientes para tarjetas de crédito. Su agresividad, tuve que repetirle cinco veces que no estábamos interesadas, me ha motivado a escribir esta carta.

Nuestros mayores están totalmente indefensos ante las agresivas campañas comerciales. Mis padres han visto como su teléfono ha dejado de funcionar porque, al parecer, ellos habían contratado a otra compañía (por teléfono y sin ser conscientes de ello). También han contratado un servicio jurídico por una cuota fija, cuando ellos llevan décadas sin necesitar un abogado. Y, por supuesto, también contrataron tarjetas de crédito. Por suerte, al no tener grandes ahorros, no fueron víctimas de las preferentes.

Las personas mayores deberían, por ley, recibir en el domicilio copia escrita de todo aquello que vayan a contratar. Un documento contractual detallado, escrito con un buen tamaño de letra, que debería ser firmado de puño y letra y devuelto a la empresa correspondiente. Además, la persona mayor debería poder cancelar cualquier servicio que hubiera contratado durante un plazo de varias semanas, sin penalización alguna.— María Seguí Triay.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

 

Archivado En