Juan Mari Jauregi
Hace 13 años que ETA asesinó a mi amigo. Conocí a Juan Mari el 18 de julio de 1976; todavía con el PCE en la clandestinidad, los camaradas del Goiherri organizaron una reunión campestre. Como no podía ser de otro modo, Juan Mari eclipsó a todos los dirigentes allí reunidos y se convirtió en el animador protagonista de aquella reunión-asamblea-fiesta. Los miembros de las Juventudes quedamos fascinados por su personalidad arrolladora; se acabó convirtiendo en un acicate y una referencia de activista para todos nosotros.
Los años nos separaron y nos volvieron a unir. Siempre fuimos amigos;...
Hace 13 años que ETA asesinó a mi amigo. Conocí a Juan Mari el 18 de julio de 1976; todavía con el PCE en la clandestinidad, los camaradas del Goiherri organizaron una reunión campestre. Como no podía ser de otro modo, Juan Mari eclipsó a todos los dirigentes allí reunidos y se convirtió en el animador protagonista de aquella reunión-asamblea-fiesta. Los miembros de las Juventudes quedamos fascinados por su personalidad arrolladora; se acabó convirtiendo en un acicate y una referencia de activista para todos nosotros.
Los años nos separaron y nos volvieron a unir. Siempre fuimos amigos; acabamos trabajando juntos durante varios años. Compartí con él muchas experiencias. Agradables unas, duras las más, recuerdos inolvidables que solo podemos compartir él y yo. Junto con J.<TH>L. López de Lacalle, Latierro y otros, nos enseñó a ser hombres libres incluso en las circunstancias más duras; eso ETA no lo soportó. Ellos eran una provocación para su proyecto totalitario porque eran hombres que pensaban y actuaban con coherencia y libertad defendiendo una Euskadi ciudadana y libre en la España democrática.
No seríamos dignos de vuestra amistad si no os recordáramos hoy y todos los días. En un día de inmenso dolor: gracias por vuestro ejemplo, Juan Mari y Maixabel.— Pedro Mari Unzueta. San Sebastián.