‘Hetero’ el último

Estoy más abochornada que Esperanza Aguirre con lo de Bárcenas. ¿Pues no he soñado que me metía en faena con la jefa de Recursos Humanos y salía por la puerta grande? Mira, de acordarme se me ponen los vellos como las llaves Allen de Ikea, que esa es otra. La depilación definitiva es un oxímoron. Por mucho láser asesino que te vendan, con los matorrales que te quedan donde la luz no llega te puedes hacer trenzas de espiga más gruesas que las de Letizia con zeta en las cenas de Estado. Pero al meollo, que luego me llaman ordinaria: ¿a ver si vo...

Estoy más abochornada que Esperanza Aguirre con lo de Bárcenas. ¿Pues no he soñado que me metía en faena con la jefa de Recursos Humanos y salía por la puerta grande? Mira, de acordarme se me ponen los vellos como las llaves Allen de Ikea, que esa es otra. La depilación definitiva es un oxímoron. Por mucho láser asesino que te vendan, con los matorrales que te quedan donde la luz no llega te puedes hacer trenzas de espiga más gruesas que las de Letizia con zeta en las cenas de Estado. Pero al meollo, que luego me llaman ordinaria: ¿a ver si voy a ser bi a estas alturas? A ver, que a homófila no me gana ni Ana Rosa, pero cambiar de orientación a mis décadas, a mí, que no sé ni programar el GPS, me da una pereza mortal. Así que, de momento, me voy a quitar el Aumentax, las cuñas y la faja, voy a ir de incógnito al desfile del Orgullo, a ver por dónde respiro, y luego ya si eso decido, que el lobby gay es muy sagrado como para andarle vacilando. Y no lo digo yo, sino el Santo Padre.

Aquí, con tal de hacerle la rosca al colectivo, quien no corre, vuela. Y si no tiene suficiente pluma, galopa. Ahí tienes si no al pijo de Álvaro Muñoz Escassi enseñándolo todo menos el ídem en la portada de Interviú con un depilado integral que para mí lo quisiera. Y todo para declarar que nunca ha estado con un tío, pero no lo descarta. ¿Que no caes? Sí, mujer, un jinete del montón que por lo visto monta de escándalo en cuanto se baja del caballo. Que sí, tonta, el chulo piscinas de ¡Mira quién salta! que se lió con Sonia Ferrer delante de la audiencia de Telecinco y de las narices de su novia. La de él, no la de ella, que a su vez estaba casada con un cirujano plástico que quitaba el hipo. Que se desnuda por rebeldía, dice el centauro mientras posa en cueros mirando a Chueca, donde, casualmente, ha abierto un garito. Y que España, así, en general, le tacha de niño pera sin conocerle de nada, habrase visto tamaña injusticia. Un pijoflauta de libro, este Escassi, y razones no le faltan. ¿No protestan las de Femen con las mamas por bandera contra el patriarcado? Pues los machos alfa heteros también tienen derecho a conquistar terrenos vedados como la cover de marras aunque sea mástil al viento.

El que se fotografía y no se retrata en la portada de Shangay es el Santo Papito. Que nada como David Meca, pero guarda la ropa en el armario, vamos, que para eso Miguel Bosé se las pinta solo. Que no tiene dos, sino cuatro hijos, confiesa graciosamente sin que nadie le pregunte, para reivindicar su derecho a una familia diferente, como si le tiraran piedras por la calle. Y es que Papifour es superactivista de la causa y se merece un monumento, pero tiene un pronto con la prensa que como te pille te deja seca, y sé de lo que hablo, mona. Como que el otro día casi monta un conflicto diplomático con los colegas peruanos porque osaron preguntarle si había probado el ceviche. ¿Por qué quiere que le inquiramos, por el bosón de Higgs, que igual es de su familia? En fin, mientras resuelves ese enigma, me piro al concierto de Leticia con ce Sabater, la musa del Orgullo Pepero, a ver si se confirman mis sospechas y me animo a cruzar de acera.