La organización de unas olimpiadas

Me pregunto por qué nuestros gobernantes ponen tanto entusiasmo en lograr para Madrid la organización de los Juegos Olímpicos. La creencia de que nos ayudará a salir de la crisis está poco fundada, habida cuenta del fracaso económico que para otros países ha supuesto, en años precedentes, la organización de unas olimpiadas.

Lo que, sin embargo, sabemos a ciencia cierta es la tendencia de nuestros gobernantes a sacar provecho de cualquier evento donde se adjudiquen a dedo contratos y tareas variopintas (Expo, caso Nóos, caso Gürtel, los ERE de Andalucía, ...

Me pregunto por qué nuestros gobernantes ponen tanto entusiasmo en lograr para Madrid la organización de los Juegos Olímpicos. La creencia de que nos ayudará a salir de la crisis está poco fundada, habida cuenta del fracaso económico que para otros países ha supuesto, en años precedentes, la organización de unas olimpiadas.

Lo que, sin embargo, sabemos a ciencia cierta es la tendencia de nuestros gobernantes a sacar provecho de cualquier evento donde se adjudiquen a dedo contratos y tareas variopintas (Expo, caso Nóos, caso Gürtel, los ERE de Andalucía, caso Bárcenas…). No sé si habrá suficientes personas con carné del partido para poder rellenar las listas de asesores, comisionistas, redactores de informes virtuales y testaferros de empresas creadas para tal evento. Tampoco sé si los Juegos mejorarán la cuenta de resultados de las empresas, teniendo en cuenta de las “donaciones” que probablemente se sientan inclinadas a hacer para poder comer una parte del pastel.

Por eso pienso que si las cuentan no cuadrasen, nuestros gobernantes deberían asumir responsabilidades y pagar los costes de sus bolsillos. Aunque me temo que, en ese caso, la solución será nombrar ministra a Ana Botella y bajarles el sueldo a los funcionarios.— Ignacio Revuelta Lucas.