Merkel se relaja oyendo fútbol por la radio

La canciller alemana explica su método para relajarse tras sus tensas jornadas de trabajo En su huerto cultiva fresas, coliflores y patatas

La canciller alemana Angela Merkel.EFE

Angela Merkel lee “alguna vez” los horóscopos. ¿Qué punto alcanzaría el desastre económico europeo si, además de atender las jeremiadas de economistas liberal-conservadores como Hans Werner Sinn o el jefe del Bundesbank Jens Weidmann, Merkel anduviera buscando consejo en las constelaciones? ¿Estaría algo peor si los recortes se justificaran con un cambio de luna a la casa de acuario y demás hechos de la carta astral? De momento no se sabrá, porque la canciller federal de Alemania solo encuentra “divertido que los ho...

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Angela Merkel lee “alguna vez” los horóscopos. ¿Qué punto alcanzaría el desastre económico europeo si, además de atender las jeremiadas de economistas liberal-conservadores como Hans Werner Sinn o el jefe del Bundesbank Jens Weidmann, Merkel anduviera buscando consejo en las constelaciones? ¿Estaría algo peor si los recortes se justificaran con un cambio de luna a la casa de acuario y demás hechos de la carta astral? De momento no se sabrá, porque la canciller federal de Alemania solo encuentra “divertido que los horóscopos predigan cada uno algo muy distinto” al otro. Por lo demás, no les concede “ninguna relevancia”.

La entrevista que publica la revista femenina Bild der Frau revela que, además de estos entretenimientos, Merkel es aficionada a escuchar los carruseles deportivos de la Bundesliga si se lo permite la agenda. En vivo prefiere los partidos de la selección nacional, los de copa y los de la Champions League. Una de sus ideas más recientes es que el renano Otto Rehagel, ganador de la Eurocopa de 2004 con la selección griega, colabore con Atenas en levantar el ánimo de los helenos y promover el turismo.

En septiembre hay elecciones federales y toca lustrar la faceta popular de una jefa de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) en busca de su tercera legislatura. A fin de cuentas, no cree que el de Canciller sea “el trabajo más duro” del país: los “verdaderos héroes son gente como los enfermeros que cuidan ancianos en los asilos” y los que “combinan la familia y el trabajo con un compromiso voluntario con otros”.

Dice la doctora en química que encuentra descanso en “las buenas conversaciones” con su marido, el catedrático berlinés de de química cuántica Joachim Sauer. También le distraen “los conciertos y el teatro, así como la cocina y la horticultura”. Merkel y Sauer tienen una casita en Brandeburgo donde no se cultiva la coliflor “porque necesita muchos cuidados y atrae demasiados caracoles”. En el jardín de Merkel, fresas y “variedades de patata”.

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