Alberto calla a quien dijo que su matrimonio era un apaño

'The Sunday Times' aseguró que hubo un acuerdo económico con Charlene para evitar que esta huyera antes del enlace

Charlene y Alberto de Mónaco, el día de su boda, el 1 de julio de 2011.JEAN PAUL PELISSIER (AP)

Alberto de Mónaco y su esposa Charlene han llegado a un acuerdo con el periódico británico The Sunday Times, que se ha comprometido a pagar daños y perjuicios después de publicar un artículo que sugiere que su matrimonio fue arreglado, según ha anunciado el abogado del príncipe. El acuerdo ha sido ratificado por el Tribunal Superior de Londres.

El artículo fue publicado en julio 3 de 2011 –dos días después de su matrimonio– y se titula La maldición de los Grimaldi , informó Mark Thomson, el abogado de la pareja.

El periódico afirmó que el príncipe Alberto había ...

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Alberto de Mónaco y su esposa Charlene han llegado a un acuerdo con el periódico británico The Sunday Times, que se ha comprometido a pagar daños y perjuicios después de publicar un artículo que sugiere que su matrimonio fue arreglado, según ha anunciado el abogado del príncipe. El acuerdo ha sido ratificado por el Tribunal Superior de Londres.

El artículo fue publicado en julio 3 de 2011 –dos días después de su matrimonio– y se titula La maldición de los Grimaldi , informó Mark Thomson, el abogado de la pareja.

El periódico afirmó que el príncipe Alberto había confiscado el pasaporte de su esposa en el aeropuerto de Niza para evitar que escapara de Mónaco. El artículo añadió que Charlene se había enterado días antes de la boda de la existencia de un tercer hijo, llamado Prince, concebido fuera del matrimonio y había decidido huir de Mónaco y no casarse.

Para salvar las apariencias, según esta información, se habría llegado a un acuerdo, por el cual, Charlene se comprometía a unirse a Alberto a cambio de una compensación económica. "Ninguna de estas acusaciones son ciertas", dijo Mark Thomson.

El abogado agregó que el periódico propiedad de Rupert Murdoch, había admitido su responsabilidad y el carácter difamatorio de sus comentarios. Agregó que el Sunday Times se disculpó y confirmó que se hará cargo del pago en concepto de daños y perjuicios a la pareja, así como de los gastos legales.

El Alto Tribunal ha señalado que la cantidad aún no se había fijado. The Guardian asegura que se trata de 300.000 libras (360.000 euros).

Rupert Earle, el abogado de Times Newspapers Ltd, que posee el Sunday Times, también ha pedido disculpas al matrimonio por las molestias causadas. La pareja no estuvo presente en la audiencia.

Pero el Sunday Times no fue el único en hacerse eco de esta noticia. Días antes del enlace, el Palacio de Mónaco envió un comunicado para intentar zanjar los rumores de ruptura de la pareja, que el semanario francés L'Express había hecho públicos estos días.

El comunicado decía: "Desmentimos oficialmente la información publicada esta mañana en L'Express. Los rumores pretenden dañar la imagen del soberano y, en consencuencia, la de su prometida, Charlene Wittstock, y tienen un perjuicio grave para este feliz acontecimiento". Alberto y su prometida se casarán.

Según el semanario francés, los problemas habrían empezado días antes de la boda. Entonces, la exnadadora olímpica se habría marchado "precipitadamente" de Mónaco en dirección al aeropuerto de Niza (localidad cercana al Principado) para "embarcarse en un vuelo en dirección a Suráfrica". "Un vuelo sin retorno", según publicó L'Express, que especulaba con que Wittstock habría comprendido que "la vida privada del hombre con el que estaba a punto de casarse [...] no era tan ejemplar como ella imaginaba".

El semanario recordaba que Alberto de Mónaco hizo público que tiene dos hijos de dos madres distintas, Alexandre Eric Stéphane, que nació en París en agosto de 2003 (y al que reconoció en julio de 2005), y Jazmin Grace Rotolo, californiana nacida en 1992, y de la que hizo pública su paternidad en junio de 2006. Ninguno de ellos podrá heredar el trono del Principado al haber sido concebidos fuera del matrimonio.

Sin embargo, y siempre según la versión del semanario, en el último momento consiguieron convencer a Wittstock para que volviera a Mónaco y cumpliera su compromiso matrimonial.

Desde que se celebró el matrimonio, su relación siempre ha estado en entredicho y a Charlene se la conoce como la princesa triste, que no ha conseguido conectar con los monegascos y ni ha tenido el esperado heredero.

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