Cartas al director

Iberia deja Berlín

Ayer tuve el extraño y triste privilegio de ser uno de los últimos pasajeros del vuelo de Iberia que cubre la ruta Madrid-Berlín. La dirección de la compañía la cancela alegando, al parecer, escasa rentabilidad. Paradójicamente el vuelo de ayer iba prácticamente completo, tal y como viene sucediendo en las innumerables ocasiones de las que he sido testigo durante los últimos doce años. Cancelar la ruta a la capital alemana no parece tener sentido alguno, máxime contando con un pasaje cuyo número y fidelidad cualquier compañía quisiera para sí. Desearía agradecer los servicios prestados al pers...

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Ayer tuve el extraño y triste privilegio de ser uno de los últimos pasajeros del vuelo de Iberia que cubre la ruta Madrid-Berlín. La dirección de la compañía la cancela alegando, al parecer, escasa rentabilidad. Paradójicamente el vuelo de ayer iba prácticamente completo, tal y como viene sucediendo en las innumerables ocasiones de las que he sido testigo durante los últimos doce años. Cancelar la ruta a la capital alemana no parece tener sentido alguno, máxime contando con un pasaje cuyo número y fidelidad cualquier compañía quisiera para sí. Desearía agradecer los servicios prestados al personal de Iberia que tan amablemente me ha atendido a lo largo de todos estos años haciendo a los pasajeros la vida mucho más fácil y agradable. — Pablo González Arias.

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