Deportistas de 2012
El País Semanal selecciona a los hombres y mujeres que han triunfado este año en el deporte. La nadadora parapléjica Teresa Perales se convirtió en Londres en la atleta española con más medallas de la historia. Ha sido el año olímpico de las mujeres de la armada española. Y también brillaron Falcao, Iniesta, Xavi y Casillas, Olazábal...
Por Ángel Santamaría
Llevo 40 años como entrenador de nadadores, ciclistas, atletas, triatletas… Con todos y cada uno de ellos he intentado transmitir mi experiencia y conocimientos para sacar el máximo de ellos como deportistas y como personas. Con Teresa me ha ocurrido al revés. Es ella la que realmente me ha aportado a mí como persona y la que mayor seguridad me ha transmitido como entrenador; por toda la fuerza interior que posee y su forma tan especial de comunicarla, con su sonrisa y sus ojos… Cada medalla, además del sacrificio físico, ha supuesto una odisea digna de ser escrita en un libro, y algunos llegarían a ser best seller. Sus 22 medallas han tenido un significado enorme: por ella, por su familia, por su hijo de dos años… Estamos ante una mujer que cumple todo lo que se propone. Y con un increíble don para hacer feliz a las personas; le basta con dejarse conocer y transmitir lo que lleva dentro.
Ángel Santamaría es el entrenador de Teresa Perales.
Caterina BarjauPor Juan Manuel Santos
Cada tanto, la historia nos da la oportunidad de conocer hombres increíbles, creadores de grandes hazañas, que cautivan las miradas de millones y encienden sus corazones. Radamel Falcao García es uno de ellos, un héroe en letras mayúsculas, un hombre de enormes proezas. Fueron las playas y las canchas de Santa Marta, en el Caribe colombiano, las que primero atestiguaron su talento singular para el fútbol. Y fue también allí donde empezó a brillar con fuerza esa generosa y espléndida estrella que siempre lo acompaña. Hoy su talento ha desbordado su patria y somos millones de personas alrededor del mundo quienes damos fe de ese espíritu único, de esa destreza admirable y de ese corazón tan grande que caracterizan a Falcao, El Tigre colombiano. El Tigre entra a la cancha con fuerza, se mueve –casi a zarpazos– con agilidad y olfato, mientras entrega el alma en cada jugada. Y aunque podría fácilmente volar solo, entiende bien que la auténtica grandeza –en la cancha y fuera de ella– radica en la unión de esfuerzos y en la suma de talentos, y por eso juega con sus compañeros y para sus compañeros. Su maestría como delantero, primero en River Plate, luego en Oporto y ahora luciendo el número 9 en el club colchonero y en la selección de Colombia, es modelo para millones de niños y jóvenes que lo admiran en cada partido mientras sueñan con seguir su ejemplo de disciplina, talento y juego en equipo. La prudencia y la responsabilidad con las que asume su trabajo, sumadas a la humildad con la que sonríe ante sus logros y esa íntima fe que no oculta en un ser superior, nos inspiran y nos confirman que el éxito duradero se construye con pasos firmes y se sostiene con un espíritu noble y fuerte. Falcao, más que un tigre, es un héroe, no solo por su asombrosa habilidad para desarmar rivales y marchar con certeza hacia el gol. Lo es porque con su ejemplo nos ha enseñado, a todos sus hinchas en diferentes rincones del mundo, dos virtudes que lo identifican: la capacidad de luchar para alcanzar sus sueños y la humildad para realizarlos sin cambiar su esencia.
Juan Manuel Santos es presidente de Colombia.
Enrique de la Fuente (Gtresonline)Por Gisela Morón
Andrea tenía 14 años y estaba a punto de competir en el campeonato de España. Cruzamos la mirada y sentí su intranquilidad. Le pregunté y me contestó que estaba muy nerviosa. “No te creo”, le dije. “Tengo muchas ganas de verte nadar. Yo, cuando sea mayor, quiero ser como tú”. Desde ese día pasó a ser como mi hermana pequeña (le saco seis años), y hoy Andrea Fuentes forma parte de esa familia que todos escogemos. Aquella chica de mirada tímida que ya de pequeña desprendía talento físico y mental. Perfeccionista, crítica y exigente consigo misma dentro y fuera del agua. Si algo le apasiona… se tira de cabeza y se deja la piel. Sin medias tintas. Lo hizo en Londres. Estaba nerviosa y tranquila a la vez; con la responsabilidad de hacerlo bien en unos Juegos, los primeros como capitana. Y tranquila, porque el trabajo ya estaba hecho. Llegó el momento de demostrarlo. Y lo hizo, como en aquel campeonato a los 14 años. Como siempre ha hecho. Como lo seguirá haciendo.
Gisela Morón, exnadadora de natación sincronizada, fue subcampeona olímpica en Pekín 2008.
Clive Rose (Getty Images)Por Luis Martín
Marina Alabau (Sevilla, 1985) abre los ojos al despertar y escucha al viento. “Hay que entenderle”. Se esforzó tanto por interpretarlo en el mar, por entender los cambios del color y las olas, que en la bahía de Weysmouth, puerta de la peste bubónica en Inglaterra, se colgó una medalla de oro al cuello en los Juegos de Londres. Subida a la tabla de windsurf, aquella tarde, en un paseo triunfal por el pantalán olímpico a hombros de los compañeros con los que vivió durante un mes en la casa número 2 de la villa olímpica de la vela, imitó a Bolt en su gesto de arquero para celebrar la victoria. Y todo cobró sentido. Marina, cabezota, enseña ahora a su hermana Blanca, de 16 años, pura esencia regatista, sin quitarse la añoranza de la empopada de levante camino de la costa africana desde la costa gaditana. “Cuando navego mirando a Marruecos soy feliz”, dice. Feliz y libre como una ráfaga de viento, Marina se hizo de oro leyendo los vientos.
Luis Martín es periodista de EL PAÍS.
García CorderoPor Ángel Nieto
A Jorge Lorenzo lo conocí corriendo en minimotos, cuando era un baby de siete años. Ya tenía la mirada del ganador. Ojo. Tampoco soy tan mago como para saber que iba a ganar dos Mundiales de MotoGP. Pero ahí está. Gracias a su esfuerzo. Esta temporada ha mejorado en todo. A nivel personal, técnicamente y en la puesta a punto de la moto. Porque desde niño era muy valiente, pero cometía errores. Ha sabido rectificar. Ahora es más prudente. Arriesga cuando tiene que arriesgar. Marc Márquez es el Rafa Nadal de las motos: con una cara genial para la tele, muy inteligente y rápido como él solo. Nos va a dar muchas satisfacciones. Es un chaval que se acuesta y se levanta pensando en motos. Muy buen niño, con pinta de no haber roto un plato. Pero cuando se coloca en la parrilla se transforma. Va al límite. Este año le he visto casi en el suelo cinco o seis veces. Y lo ha solucionado siempre. Tal es su concentración. Le saca de un apuro en los momentos difíciles.
Ángel Nieto es 12 + 1 veces campeón mundial de motociclismo.
Javier Soriano (Getty Images)Por Vicente del Bosque
Una vez más, El País Semanal ha puesto sus ojos en la selección española para destacar un momento en el apartado deportivo. Además del triunfo en la Eurocopa 2012, ahora me toca focalizar la atención en dos jugadores, Iker Casillas y Xavi Hernández, galardonados con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes 2012. Los méritos deportivos acumulados desde que comenzaron sus carreras deportivas siendo unos niños son demostrables y difíciles de enumerar sin caer en un interminable listado de títulos, récords y premios de carácter competitivo. Son campeones del mundo y han logrado dos Copas de Europa. Con sus clubes acumulan títulos intercontinentales, europeos, campeonatos de Liga o Copas del Rey, además de otros galardones como mejor portero o mejor centrocampista de una temporada. Pero, además de sus innumerables méritos deportivos, creo que el jurado de los Premios Príncipe de Asturias ha valorado los aspectos y méritos no deportivos, que indudablemente acumulan en su día a día. Por todo ello quiero darles la enhorabuena por un premio que, por cierto, ya tenían y que ahora vuelven a recibir de manera individual. Y en el que quiero destacar por encima de todo su valía personal.
Vicente del Bosque es seleccionador nacional de fútbol.
Carlos Álvarez (Getty Images)Por Amaya Iríbar
Se pueden ganar todos los combates desde 2010, ser campeón del mundo por dos veces, de Europa también doblemente, haber cambiado tu deporte y que apenas te conozcan. Pero luego llegan los Juegos Olímpicos, consigues un oro, uno de los tres de España el último verano, y por unos días tu cara de jovencito espabilado, tu discurso maduro y reflexivo a pesar de tener 23 años, está en todas las portadas, en todos los telediarios… por unos días. Es lo que le pasó a Joel González, el rostro del éxito del taekwondo español en Londres: tres participantes, tres medallas, pleno. Después de los Juegos paró. “Pedí una pausa para asimilarlo todo y pensar. Pero ¿sabes? Me gusta lo que hago, los entrenamientos, las competiciones, el ambiente… Al final lo que quiero es estar ahí”, dice por teléfono. Así que ha vuelto a Sant Cugat, a levantarse a las 6.30, a sus dos entrenamientos diarios (el primero, a las siete de la mañana), a los estudios –“si todo va bien, debería acabar Criminología este año y me quedan dos de ADE (Administración y Dirección de Empresas)–, a estudiar a los rivales… con la vista puesta en Río 2016 y la esperanza de que sus éxitos, los de su deporte, no pasen inadvertidos hasta entonces.
Amaya Iríbar es periodista de EL PAÍS.
Han Guan (Gtresonline)Por Manel Estiarte
Nada más ver el primer partido de los Juegos Olímpicos de estas chicas, contra China, llamé a mi hermano Alberto, el médico de la selección, y le dije: “Si no me equivoco, este equipo está por encima de todo. Solo le puede frenar la novedad de una final”. Quedé asombrado. Vi talento, vi grupo, vi cubiertas todas las posiciones, vi defensa y ataque, unidad, gol, contrataque. Vi waterpolo. Y no algo que fuera flor de un día. Ahora solo lo tendrían que repetir, un partido tras otro. Y lo hicieron. Hasta llegar a la lucha por el oro contra Estados Unidos. El partido se les escapó enseguida. Yo también he perdido una final olímpica antes de ganarla. Sé lo que es. Quizá les pesó la emoción de haber superado la semifinal. Es inevitable la primera vez. La explosión de alegría te hace daño. Pero si estas chicas volvieran a jugar mañana otra final sería diferente. Ya saben de qué se trata.
Manel Estiarte fue medallista olímpico con la selección española de waterpolo.
Paul Gilham (Getty Images)Por Alfredo Relaño
Hace unos cuantos años, en el Torneo de Brunete de fútbol siete, se nos presentó en el jurado una duda de conciencia: ¿quién debería ser el mejor jugador? ¿Jonathan, una perla del Racing, o Iniesta, que movía los hilos en el Albacete? Jonathan era más espectacular, desde luego, pero algo había en Iniesta que nos cautivaba a todos. La opinión de Antic, que estaba en el jurado, fue determinante: “Ese del Albacete jugará igual a cualquier nivel. Jonathan, no sabemos”. Hicimos caso e Iniesta ganó. Pero Antic tenía razón solo a medias. No jugó igual a cualquier nivel, jugó incluso mejor. Entonces la movía como Xavi; ahora, visto que Xavi sigue ahí, se ha buscado la vida más arriba o más a la izquierda. Tiene, como me dijo una vez Luis Aragonés, ocho metros en los que es imparable, venga por la izquierda o desde la media punta. Cuando le veo, recuerdo una frase remota de Boskov: “Jugador grande se ve pronto”. Así es.
Alfredo Relaño es director del diario ‘As’.
Josep Lago (Getty Images)Por José Elías
Menudo campesino nacido el 14 de junio de 1991 en la Aldea Chiyuc, en San Cristóbal Verapaz (norte), se convirtió en el primer atleta en alcanzar una medalla olímpica para Guatemala. Creció entre la pobreza extrema. Alguna vez soñó con ser periodista. Se vio obligado a interrumpir sus estudios de enseñanza media para empezar a trabajar y emigró a la capital, donde conoció al entrenador cubano Rigoberto Molina.Tras alcanzar la presea plateada el 4 de agosto en Londres, dijo a los enviados de la prensa guatemalteca que el secreto del éxito fue creer siempre en su entrenador. “Sin él, no hubiera sido posible”. Capaz de triunfar en las condiciones más adversas, mantiene su preocupación por las durísimas condiciones que llevan a muchos adolescentes a incorporarse a las pandillas juveniles: “Cuando decidan reemplazar las armas por un par de zapatillas de deporte, muchas cosas cambiarán en Guatemala”.
José Elías escribe desde Guatemala para EL PAÍS.
Sergey Ponomarev (Gtresonline)Por Miguel Ángel Jiménez
Chema Olazábal es tesón, dedicación y constancia. Transmitió esos valores personales a todos los jugadores europeos en la Copa Ryder para una remontada histórica contra Estados Unidos. A Olazábal le hacía mucha ilusión ser capitán de nuestro equipo, recoger la herencia de Ballesteros, y ser campeón con Europa. Y lo consiguió gracias a su forma de ser. Chema es todo corazón, una persona muy constante, cercano a sus amigos, y eso hace que todos estén con él. El golf le ha recompensado con este triunfo en la Ryder, uno de los más grandes momentos de su vida y su carrera. Olazábal motivó a todos como lo hubiera hecho Seve y llevó a los jugadores al éxito. Es muy respetado en todo el circuito, y su fuerza se trasladó a todos en el campo en la última jornada. Chema tiene tal carisma que te lleva a darlo todo por él.
Miguel Ángel Jiménez es golfista y vicecapitán europeo de la Ryder Cup.
Cordon PressPor Diego Torres
Diez minutos y veinticuatro segundos duró la epopeya de Mireia Belmonte en los Juegos de Londres. El tiempo que tardó en nadar las dos carreras más importantes de la natación femenina española. El 1 de agosto se convirtió en la primera nadadora nacida en España en colgarse una medalla olímpica cuando ganó la plata en 200 mariposa. Dos días después logró otra plata, en 800 libre. “Todavía no soy consciente de lo que he hecho”, dijo, al salir de la piscina, después de la primera prueba. Apenas tenía memoria para recordar las primeras brazadas que dio en su Badalona natal. Había empeñado su vida en desplazarse rápido en el agua, pero su potencial no había fraguado en una gran competición. A veces le invadía la angustia. “Proponte retos imposibles porque los posibles son más difíciles de cumplir”, le decía su entrenador, Fred Vergnoux. En Londres derribó todos sus límites. Tiene 22 años y ya es historia.
Diego Torres es periodista de EL PAÍS.
Clive Rose (Getty Images)