Cartas al director

Juramento discriminatorio

El profesor Tamayo, en su artículo del 11 de agosto, nos desvela un secreto que, como la desnudez del rey del cuento, estaba a la vista de todos: la página de la Biblia sobre la que juran sus cargos el presidente y los ministros regula el voto o juramento según la arcaica norma patriarcal que subordina a la mujer bajo la voluntad última del varón. Es decir, juran ante Dios sobre un texto explícitamente opuesto a las obligaciones que dicen estar jurando. Así, no solo entran en flagrante contradicción con el carácte...

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El profesor Tamayo, en su artículo del 11 de agosto, nos desvela un secreto que, como la desnudez del rey del cuento, estaba a la vista de todos: la página de la Biblia sobre la que juran sus cargos el presidente y los ministros regula el voto o juramento según la arcaica norma patriarcal que subordina a la mujer bajo la voluntad última del varón. Es decir, juran ante Dios sobre un texto explícitamente opuesto a las obligaciones que dicen estar jurando. Así, no solo entran en flagrante contradicción con el carácter laico de nuestro Estado, sino que atentan directamente contra nuestro derecho básico a no ser discriminados por razón alguna.

Rajoy y sus ministros —solo cuatro mujeres entre ellos— juraron solemnemente ante el Rey, con la mano derecha sobre la Constitución; y ante Dios, con la mano izquierda sobre la Biblia, abierta por una página incompatible del todo con nuestra ley de leyes. ¿Qué juraron defender, pues? ¿La igualdad de las mujeres y los hombres o su sometimiento al varón?

Ya entiendo por qué Rajoy puede actuar como actúa: cuando tomó posesión, juró hacer lo uno y lo contrario.— Luis de Luxán Meléndez.

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