Rihanna rejuvenece el verano en el clásico destino de Saint Tropez

Con lo difícil que es estos días sacarle una sonrisa a Rihanna, queda claro que Saint Tropez tiene algo especial. La cantante pasa aquí la segunda parte de sus vacaciones, que comenzaron en Cerdeña, pero es en el enclave francés donde parece haber superado la tristeza de la reciente muerte de su abuela. Sus playas, sus comercios y su ambiente elegante han logrado revivir el espíritu de la joven barbadense.

Hace más de medio siglo que esta exclusiva estación atrae a famosos y grandes fortunas. Se...

Con lo difícil que es estos días sacarle una sonrisa a Rihanna, queda claro que Saint Tropez tiene algo especial. La cantante pasa aquí la segunda parte de sus vacaciones, que comenzaron en Cerdeña, pero es en el enclave francés donde parece haber superado la tristeza de la reciente muerte de su abuela. Sus playas, sus comercios y su ambiente elegante han logrado revivir el espíritu de la joven barbadense.

Hace más de medio siglo que esta exclusiva estación atrae a famosos y grandes fortunas. Se mantiene, pese a los años y las modas, como uno de los destinos veraniegos de paso obligado de la jet set. Fue hace ya casi medio siglo que el pequeño puerto de colores pasteles de Saint Tropez se alzó al rango de mito, de la mano de la musa del cine francés Brigitte Bardot en los sesenta, quien ahora vive recluida en su mansión La Madrague, alejada del centro de la ciudad. Un largo reguero de artistas siguieron sus pasos. Habituales históricos como el modista Karl Lagerfeld, la top Noami Campbell o la cantante Beyoncé, mantienen ahora viva la leyenda, que atrae también a grandes deportistas y políticos.

“Todos los beautiful people siguen pasando por aquí, aunque solo sea unos días, antes de poner rumbo a otros destinos como Ibiza”, comenta Lacrita Keller, responsable de prensa del V.I.P Room de Saint-Tropez, el club de moda de Jean-Roch, el gran productor y empresario de la noche que hizo fama y fortuna en el balneario. Además de la recién llegada Rihanna, este año ya han pasado por el enclave de la Costa Azul personajes tan dispares como Giorgio Armani, Kate Moss, los futbolistas Cristiano Ronaldo y Mario Balotelli, la princesa Beatriz de Inglaterra y el hijo mayor de Carolina de Mónaco, Andrea Casiraghi, con su futura mujer, Tatiana Santo Domingo.

“Los famosos que veranean aquí lo hacen de incógnito, no se trata de hacerse la foto y de firmar autógrafos”, asegura Jean Denis Sarraquigne, gestor de otra dirección mítica de la ciudad, la Brasserie Sénéquier, que cumple 125 años. Rihanna, sin duda, es una de las tantas excepciones que en este caso confirman la regla.