Jordi Sevilla: “Me he hecho un ‘peeling’ ideológico”

Una charla con el exministro y consultor sobre pilates y tardes de economía con Zapatero

Ilustración de Jordi Sevilla.TOMÁS ONDARRA

Pregunta. Para qué sirve hoy la política. ¿Le parece una buena pregunta?

Respuesta. Sobre todo porque no es una pregunta. En el libro no lleva interrogante. Es una reflexión. Tengo dos convicciones: una, no es verdad que la gente pase de política. Lo demuestran desde el 15-M hasta la participación en las elecciones. Dos, lo que la gente está es muy cabreada por la manera en que se hace política.

P. Pues usted, toda la vida en ello, tendrá una parte de culpa.

R. La que me toque de los años que llevo y de lo...

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Pregunta. Para qué sirve hoy la política. ¿Le parece una buena pregunta?

Respuesta. Sobre todo porque no es una pregunta. En el libro no lleva interrogante. Es una reflexión. Tengo dos convicciones: una, no es verdad que la gente pase de política. Lo demuestran desde el 15-M hasta la participación en las elecciones. Dos, lo que la gente está es muy cabreada por la manera en que se hace política.

P. Pues usted, toda la vida en ello, tendrá una parte de culpa.

R. La que me toque de los años que llevo y de lo que he hecho y lo que no he hecho. Pero no creo que sea un problema de culpabilidades. Creo que entre todos la mataron y ella sola se murió.

A CORTA DISTANCIA

Ha escrito un libro sobre la política.. Me cita en una de las cuatro torres de Madrid, cincuenta pisos más abajo de donde trabaja. Es “cazador de tendencias empresariales” en Price & Waterhouse. Bebe ‘coca-cola light’. Me cuenta la causa por la que ha dejado el Pilates, en el que era un hacha: No podía seguir en el mismo gimnasio, estaba entusiasmado con la monitora y no encontraba ninguna igual. Ahora es autodidacta. ¿Es su vicio solitario? “Exacto”, ríe. Se sigue viendo con algunos compañeros de Gobierno. “Me ‘esemeseo’ con Rubalcaba de manera espasmódica, como es él”.

P. Lo políticos están en la UVI de la valoración ciudadana. ¿Quién tiene que operarlos?

R. Están en la UVI y por méritos propios. Y yo creo que tienen que operarles los ciudadanos.

P. ¿No es un poco yayoflauta para andar por el 15-M?

R. La verdad es que sí. Pero con esto de que todavía no tengo demasiadas canas, te pones pantalón vaquero y disimula un poco. Es un movimiento muy interesante, pero que refleja mucho la contradicción de la política: cuando es a la contra estamos todos juntos; cuando empezamos a proponer soluciones empiezan los problemas y las discrepancias.

P. Dice que la sociedad está desencantada de los políticos. ¿No será porque no conocen íntimamente a Rajoy?

R. Sin lugar a dudas, conocer íntimamente a Rajoy debe de ser un elemento fundamental, junto con leer mi libro, para tomar la decisión de que hay que cambiar no tanto a los políticos, sino la manera de hacer política.

P. Los políticos tienen los leones del Congreso; la monarquía, el elefante. ¿Cuál sería la mascota de Dívar y del poder judicial?

R. El mono. El de los tres monitos, que ni ve ni oye ni habla.

P. ¿La democracia necesita un pee­­ling?

R. Tras treinta y tantos años de democracia, necesitamos pararnos un poquito a pensar cuestiones como el Estado autonómico, la Ley Electoral o el funcionamiento de los partidos o del poder judicial, que necesitan un nuevo pacto de Estado y hacerse ese peeling.

P. ¿Usted se ha hecho alguno?

R. Físicamente, no; mental e ideológicamente, sí, entre otras cuestiones porque me empujan a ello mis hijos.

P. Si usted, que ha sido hasta ministro, se abriera la gabardina política, ¿qué enseñaría debajo?

R. Una persona que lleva en esto mucho tiempo por convicción, que ha disfrutado mucho, que ha sufrido mucho y que sigue pensando que se puede y se debe hacer política de otra manera.

P. O sea, que veríamos un pedazo de cuerpo.

R. Pues, metafóricamente, me gustaría pensar que sí; y literalmente le aseguro que no. Sobre todo desde que dejé el Pilates.

P. ¿Se fue de la política por desencanto o para forrarse en el sector privado?

R. Desde luego, no me estoy forrando. O sea que si esa fue la razón, me equivoqué. Yo me fui un poco desencantado de la manera en que se hacían las cosas. No con una persona o un partido, sino con una situación.

P. Dijo que a Zapatero le enseñaría economía en dos tardes. ¿Le cundieron?

R. Nunca dije eso así. Estábamos hablando de un debate presupuestario, y lo que le dije fue que, para ese debate, él lo que necesitaba, metafóricamente, eran dos tardes. ¿Le cundieron? Bueno, yo creo que José Luis llegó a obsesionarse con el tema económico y que la crisis le hizo darse una buena empollada de economía. Podremos comprobarlo en el libro que parece que está escribiendo sobre su vivencia de la crisis.

P. ¿Por qué les da a todos por escribir libros? ¿No saben contenerse?

R. Bueno, en mi caso quizá porque me resulta más fácil que escribir canciones o ponerme a pintar.

P. Metido a cancionero, ¿qué nos ofrecería como resumen de su etapa en el Gobierno?

R. Pues un bolero que se llamara Lo intenté. Uno tiene obligación de intentarlo. Y a mí me gustan mucho los boleros. Soy muy sentimental para eso. Lo intenté y un poquito lo conseguí.

P. Para vestir, ¿prefiere el look Amaiur o el toque Duran Lleida?

R. Pues, fíjese, depende del día. Y me gustaría poder ir de las dos maneras sin que eso hiciera que los demás te vean de manera distinta.

P. ¿Nos propinará otro libro?

R. Lo tengo. ¿Y cómo se va a llamar? Pues La economía en dos tardes. Es la máxima china: si no puedes con tu enemigo, alíate con él. Hasta el moño ya de las dos tardes, dije: pues voy a escribir un libro de la economía en dos tardes. Sale en octubre.

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