Cartas al director

‘La balsa de la Medusa’

El naufragio de la nave España es incuestionable y para mí guarda mucha similitud al del barco francés La Medusa. Corría el año 1816 cuando la fragata antes mencionada y conducida por un inepto capitán encalló frente a las costas de Mauritania. Tras el accidente la mayoría decidieron abandonar la nave, no habiendo botes salvavidas para todos improvisaron apresuradamente una balsa. Las personas más distinguidas, selectas e importantes ocuparon los botes y a los de menor rango social y económico se les obligó a ocupar la balsa, que en un primer momento fue remolcada. Viendo que la naveg...

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El naufragio de la nave España es incuestionable y para mí guarda mucha similitud al del barco francés La Medusa. Corría el año 1816 cuando la fragata antes mencionada y conducida por un inepto capitán encalló frente a las costas de Mauritania. Tras el accidente la mayoría decidieron abandonar la nave, no habiendo botes salvavidas para todos improvisaron apresuradamente una balsa. Las personas más distinguidas, selectas e importantes ocuparon los botes y a los de menor rango social y económico se les obligó a ocupar la balsa, que en un primer momento fue remolcada. Viendo que la navegación era harto dificultosa y que la balsa era un pesado lastre que impedía navegar con la necesaria fluidez, los selectos ocupantes de los botes cortaron el cabo de tal manera que la balsa quedó abandonada a su suerte. Al cabo de 13 días e increíbles penalidades fueron rescatados solo 15 supervivientes de los 147 ocupantes que en un principio ocuparon la plataforma flotante.

Ahora, paciente lector, le invito a que ante el naufragio español decida, bajo su certero criterio, quiénes de los siguientes grupos sociales han de ocupar los botes y quienes la balsa:

Políticos, parados, sueldos vitalicios, estudiantes, corruptos, obreros, comisionistas, amantes, financieros, pensionistas, indemnizados de lujo, funcionarios, asesores, paniaguados enchufados, indultados, nobles, subvencionados; y si tiene a bien incluir alguno más no dude en ubicarlo en el lugar que le corresponda.— Manuel Villena Lázaro.

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