Cartas al director

Federico Trillo, extraordinario

Según el ministro de Exteriores José Manuel García-Margallo las sustituciones de embajadores que se realizaran serían nombrando diplomáticos de carrera, “salvo personas extraordinarias en circunstancias extraordinarias”. Y para certificar el nombramiento de Federico Trillo como embajador ha dicho: “Si en algo vamos a coincidir todos es en que el señor Trillo es extraordinario: usted sabrá por qué y yo sabré por qué”.

Desde que el PP llegó al gobierno en pocas cosas he estado de acuerdo con ellos. Hoy en cambio, es de esos días en que me siento orgulloso de coincidir con un ministro en s...

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Según el ministro de Exteriores José Manuel García-Margallo las sustituciones de embajadores que se realizaran serían nombrando diplomáticos de carrera, “salvo personas extraordinarias en circunstancias extraordinarias”. Y para certificar el nombramiento de Federico Trillo como embajador ha dicho: “Si en algo vamos a coincidir todos es en que el señor Trillo es extraordinario: usted sabrá por qué y yo sabré por qué”.

Desde que el PP llegó al gobierno en pocas cosas he estado de acuerdo con ellos. Hoy en cambio, es de esos días en que me siento orgulloso de coincidir con un ministro en su afirmación: “...el señor Trillo es extraordinario”, y yo ya sé por qué.

Hay que ser extraordinario para definir unas playas llenas de chapapote como limpias y esplendorosas. Hay que ser extraordinario para confundir las tropas de un país (El Salvador) con otras (Honduras). Hay que ser extraordinario para despreciar con una moneda de euro a una periodista por hacerle una pregunta inconveniente. Hay que ser extraordinario para involucrarse en la defensa de Francisco Camps de la forma más abyecta y, lo que tiene más mérito, conseguir su no culpabilidad.

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Y aunque quedarían innumerables actos que hacen extraordinario a D. Federico, hay uno que no puedo dejar de recordar: cuando siendo ministro de Defensa y dependiendo de él desde el primer general hasta el último soldado, el ejército español sufrió el accidente del Yak-42 con la muerte de 62 militares. Ahí está lo más extraordinario de Trillo: hay que valer para no dimitir y hacerte responsable de los tuyos.

Estas son algunas de las cosas por las que yo sé que Federico Trillo es extraordinario. Y usted señor García-Margallo ¿ya sabe por qué lo es?— Santiago Balboa de las Hazas.

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