Roma también se retira
La ciudad de Roma se acaba de retirar de la lucha por ser sede de los Juegos Olímpicos de verano de 2020. No hace muchos meses, Múnich, la ciudad más rica del land más rico del país más rico de Europa también se retiró de la lucha por albergar los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022. Las autoridades políticas y los responsables de ambos proyectos se han dado cuenta de que no, que en esta coyuntura y en la falla estructural en las que nos hallamos y nos hallaremos en las próximas dos décadas como mínimo, montar la parafernalia de los Juegos es, cuanto menos, aventurado.
Y resul...
La ciudad de Roma se acaba de retirar de la lucha por ser sede de los Juegos Olímpicos de verano de 2020. No hace muchos meses, Múnich, la ciudad más rica del land más rico del país más rico de Europa también se retiró de la lucha por albergar los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022. Las autoridades políticas y los responsables de ambos proyectos se han dado cuenta de que no, que en esta coyuntura y en la falla estructural en las que nos hallamos y nos hallaremos en las próximas dos décadas como mínimo, montar la parafernalia de los Juegos es, cuanto menos, aventurado.
Y resulta que aquí, en España, país con unos indicadores macroeconómicos más parecidos a los chipriotas que a los holandeses, sigue adelante con la ilusión —diría que ya paranoia— de celebrar otros Juegos Olímpicos en suelo patrio, ya sean en manga corta o con guantes y bufanda. Y lo más curioso del tema es que aún no he oído a ninguno de esos adalides de la austeridad, las tijeras y el escalpelo públicos decir esta boquita es mía acerca del tamaño despilfarro de recursos que seria montar 15 días de festejos a mayor gloria de no se sabe bien quien. Parafraseando al esclavo que César llevaba siempre a su diestra, recuerda españolito que eres pobre.— Oscar Stoyou i Soronellas.