Ingenio local frente a diseño global
Hay vida más allá de las modas. Un nuevo uso, tras la gratificación inmediata de los objetos de plástico o papel que ofrecen las grandes multinacionales, es lo que han trabajado una serie de colectivos de diseñadores iberoamericanos capitaneados por Touch, en América Central y del Sur, Nel, en México, o Surtido, en España. El diseñador Luis Eslava les rindió tributo durante la última feria del mueble de Valencia co...
Hay vida más allá de las modas. Un nuevo uso, tras la gratificación inmediata de los objetos de plástico o papel que ofrecen las grandes multinacionales, es lo que han trabajado una serie de colectivos de diseñadores iberoamericanos capitaneados por Touch, en América Central y del Sur, Nel, en México, o Surtido, en España. El diseñador Luis Eslava les rindió tributo durante la última feria del mueble de Valencia con la muestra Uniendo puntos. Pero lo que tienen que contar estos colectivos excede el escaparate de la semana de una feria.
Domingo Tótora nació en las montañas de Mantiqueiras, en Brasil, y esa vinculación con una tierra de escasez le hizo inclinarse por trabajar reutilizando materiales. Sus recipientes de papel reciclado hablan de un nuevo diseño. “Hoy defiendo una sostenibilidad más de acción que de palabra”, asegura. También los elementos urbanos 100%, taburetes, papeleras y demás piezas elaboradas con plástico reciclado y rotomoldeado, hablan un nuevo idioma, más funcional que global y más ideológico que atento a las modas. Los firma el chileno Rodrigo Alonso Schramm, como Tótora, también parte del colectivo sudamericano Touch, un equipo empeñado en buscar “nueva vida para los productos que quedan inmediatamente obsoletos porque nacen para proporcionar una gratificación inmediata que caduca de manera acelerada”.
Alonso Schramm llegó al diseño con materiales reciclables procedentes de juguetes, platos de plástico o asientos de estadios desechados, y al colectivo Touch (que engloba profesionales de países como El Salvador, Argentina o Bolivia) tras una carrera que lo llevó a diseñar para Sony, Lucky Strike o Warner Bros. Con esos clientes se obsesionó con el despilfarro. Otro colectivo, el grupo mexicano Nel, que ya firmara en España la alfombra Global Warming para Nanimarquina, también indaga en la delgada frontera entre la artesanía y el diseño e investiga el potencial que tiene el éste para mejorar con los acabados artesanos. Nel funciona como un canal para crear y exhibir diseños conceptuales y lúdicos. Su naturaleza colectiva les permite producir una plétora de proyectos que van desde comentarios políticos hasta exploraciones estéticas y narrativas fantásticas. Este año, Ricardo Casas, Alejandro Castro, Héctor Esrawe, Emiliano Godoy y Cecilia León de la Barra han trabajado en los recipientes Las diez plagas de Egipto el tema de las maldiciones bíblicas, el castigo que Dios aplicó al faraón egipcio por no permitir la partida del pueblo hebreo. Las Plagas Bíblicas de Nel son contenedores de barro realizados por artesanos del pueblo de Metepec, donde se realizan los Árboles de la Vida que retratan el jardín del edén, con las figuras de Adán, Eva y la serpiente del pecado y que representaban la abundancia y fertilidad de las parejas jóvenes. Nel emplea un simbolismo en tono con la era de emergencias ambientales y desastres naturales que vivimos a principios del siglo XXI.
En España, otro colectivo, Surtido (una plataforma efímera e independiente de diseñadores jóvenes que buscan una oportunidad) se ha dedicado a trabajar con los vinilos para la empresa Unwhite, que ya produce más de 20 de sus propuestas. Para suplir carencias y ocupar poco espacio, el diseño gráfico-industrial de los vinilos puede ser funcional (marcando direcciones o sustituyendo a los objetos: una pizarra, una portería de fútbol, un árbol de navidad) o emplearse para decorar las viviendas.
Repensar los objetos más allá de las modas, y la industria, ofrece nuevas-viejas posibilidades para los diseñadores siempre que éstos tengan algo que decir.