Golpe de suerte en la Cataluña interior

El 10.104 deja una lluvia de millones en una localidad "con mucho paro", como Puig-reig

"El pueblo lo necesitaba". A sus 74 años, Sònia Guitart se ha llevado la alegría de su vida. La responsable de la administración de lotería de Puig-reig (un pequeño pueblo del interior de Cataluña de 4.300 habitantes) ha vendido alrededor de 75 series del tercer premio del Sorteo de Navidad. El 10.104 deja una lluvia de millones en una localidad "con mucho paro", en la que el desplome de la industria textil "ha obligado a mucha gente a irse de aquí".

Guitart, que tiene el pelo de color platino y luce unos llamtivos pendientes lilas, se lamenta por no haber vendido las 130 series que ten...

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"El pueblo lo necesitaba". A sus 74 años, Sònia Guitart se ha llevado la alegría de su vida. La responsable de la administración de lotería de Puig-reig (un pequeño pueblo del interior de Cataluña de 4.300 habitantes) ha vendido alrededor de 75 series del tercer premio del Sorteo de Navidad. El 10.104 deja una lluvia de millones en una localidad "con mucho paro", en la que el desplome de la industria textil "ha obligado a mucha gente a irse de aquí".

Guitart, que tiene el pelo de color platino y luce unos llamtivos pendientes lilas, se lamenta por no haber vendido las 130 series que tenía consignadas. El lunes, los responsables de la lotería deberían haber pasado a buscar los décimos no vendidos. Pero la nieve y el hielo lo impidieron. De modo que en la administración de Puig-reig aún quedan décimos con el número de la fortuna. Eso sí, ya no son válidos: "Quiero dejar claro que ya han pasado por la máquina y que están totalmente desactivados", remarca Guitart.

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"Lo bueno es que ha sido un premio muy repartido", insiste la lotera. Y lleva razón. Decenas de vecinos han salido a las calles del pueblo porque se han llevado un pico. Es el caso de Josep Fernández, agraciado con 50.000 euros. Está en el paro, fue padre hace unos meses y tiene que hacer frente a la hipoteca. O sea que el dinero le va de perlas. "Mi niño nació el 27 de mayo, el día que el Barça ganó la Champions", dice Fernández, que luce una bufanda culé con el lema Antimadridista. Él y sus amigos lo celebran haciendo el burro en el bar. Cualquier cántico les sirve. Por ejemplo: "¡Alcohol, alcohol, alcohol / Hemos venido a emborracharnos / El resultado nos da igual".

Maria Cinta Santa Susanna, que regenta una tienda de bolsos y zapatos, cataliza las energías del pueblo. "Esto es una alegría muy grande, aquí no había tocado nada nunca. Ya era hora. Hay mucha gente joven a la que le ha tocado, y lo necesitaban", remarca. El premio se ha vendido en parte en la ventanilla, pero también en participaciones a través de dos entidades: el bar La Xarxa, que compró el número para financiar un club de dardos, y los alumnos de sexto de primaria de una escuela.

Premio en Sant Joan de Vilatorrada

El 10.104 no sólo ha beneficiado a Puig-reig. En el cercano municipio de Sant Joan de Vilatorrada (10.661 habitantes) se han vendido otras 30 series, también entre décimos y participaciones. "Me he pasado toda la noche con esta cruz puesta... ¡Y me ha tocado!", cuenta, feliz como él solo, Ramón, un hombre de edad avanzada.

A la administración de Sant Joan se acerca una mujer que también ha sido premiada. Su hijo juega en el equipo de baloncesto local que ha vendido participaciones. "Le ha tocado a toda mi familia. Llevábamos poquito, uno o dos boletos, pero nos ha tocado y es una sensación fantàstica", resume.

SUSANNA SÀEZ

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