Reportaje:

"Estoy harto de sus gestos"

El presidente del tribunal que juzga el 11-M expulsa a Rafá Zouhier de la sala de vistas

Javier Gómez Bermúdez, presidente del tribunal de la Audiencia Nacional que juzga los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid (en los que murieron 191 personas), ha expulsado de forma “temporal” de la sala de vistas en la Casa de Campo a uno de los acusados, Rafá Zouhier. “Estoy harto de sus gestos”, ha explicado el magistrado tras ordenar que el imputado sea desalojado de la sala blindada desde la que sigue el proceso.

En ese momento estaba prestando declaración uno de los presuntos miembros de la célula islamista, Rachid Aglif, apodado El Conejo,...

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Javier Gómez Bermúdez, presidente del tribunal de la Audiencia Nacional que juzga los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid (en los que murieron 191 personas), ha expulsado de forma “temporal” de la sala de vistas en la Casa de Campo a uno de los acusados, Rafá Zouhier. “Estoy harto de sus gestos”, ha explicado el magistrado tras ordenar que el imputado sea desalojado de la sala blindada desde la que sigue el proceso.

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En ese momento estaba prestando declaración uno de los presuntos miembros de la célula islamista, Rachid Aglif, apodado El Conejo, para el que la Fiscalía pide 12 años de cárcel por integración en organización terrorista. Aglif era amigo de la infancia de Zouhier, pero las cosas parecen haber cambiado mucho en los últimos tiempos.

El Conejo ha explicado al tribunal que Zouhier había dicho de él “muchas barbaridades”; “en venganza” y “para que se cagara”, él le contó a la policía que el día en que se hirió la mano probando unos explosivos (los que supuestamente le había facilitado la trama asturiana) también estaba presente Jamal Ahmidan, apodado El Chino, uno de los supuestos líderes de la célula y que murió con gran parte de sus compinches en la explosión de Leganés días después de los atentados.

Durante la declaración, Zouhier realizó aspavientos. El magistrado interrumpió brevemente el interrogatorio para que le trasladaran de la primera a la última fila del habitáculo blindado, junto a la pared; además, ordenó que se colocaran policías entre él y el público para evitar posibles altercados. Pero luego debió pensar que no era suficiente y decidió expulsarle temporalmente.

Rafá Zouhier, con gafas, durante la primera sesión del juicio que se celebra en la Casa de Campo.REUTERS

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