El 'violador de Pozuelo' acepta los más de 300 años de prisión solicitados por la acusación

Juvenilson D.S. dice que en prisión buscará ayuda "para mejorar como persona"

El brasileño Juvenilson D. S., el presunto violador de Pozuelo, acusado de agredir sexualmente a 19 mujeres entre agosto de 2000 y septiembre de 2003 en las zonas de Conde de Casal y Pozuelo de Alarcón, ha reconocido hoy los hechos que se le imputan y ha aceptado la máxima petición de pena solicitada por las acusaciones particulares, que supera los 300 años de prisión.

"Estoy arrepentido de haber cometido los hechos, siento mucho lo ocurrido. Por ello, intentaré buscar ayuda en prisión para mejorar como persona", ha manifestado durante el juicio que ha comenzado hoy en la Sección...

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El brasileño Juvenilson D. S., el presunto violador de Pozuelo, acusado de agredir sexualmente a 19 mujeres entre agosto de 2000 y septiembre de 2003 en las zonas de Conde de Casal y Pozuelo de Alarcón, ha reconocido hoy los hechos que se le imputan y ha aceptado la máxima petición de pena solicitada por las acusaciones particulares, que supera los 300 años de prisión.

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"Estoy arrepentido de haber cometido los hechos, siento mucho lo ocurrido. Por ello, intentaré buscar ayuda en prisión para mejorar como persona", ha manifestado durante el juicio que ha comenzado hoy en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Madrid. El fiscal pide para él 321 años, 5 meses y 29 días de cárcel, así como que indemnice a sus víctimas con más de 411.687 euros.

Además de aceptar la máxima pena solicitada, el procesado, al que se le imputan 19 delitos de agresión sexual -dos de ellos en grado de tentativa-, ocho delitos de robo con violencia e intimidación, cinco delitos de lesiones y seis faltas de lesiones, ha aceptado el pago de la indemnización de alrededor de 1,2 millones de euros pedida por las acusaciones.

El representante del Ministerio Público considera probado que el procesado, "con intención de satisfacer su líbido y pese a la negativa y oposición de sus víctimas", agredió sexualmente a varias mujeres entre agosto de 2000 y septiembre de 2003. De los ataques, doce fueron cometidos en las cercanías de la madrileña plaza de Conde de Casal, tres en el distrito de Carabanchel y cuatro en Pozuelo de Alarcón, localidad donde Juvenilson D. S. fue detenido por la policía en septiembre de 2003 cuando seguía a dos mujeres.

'Modus operandi'

El fiscal señala que el modus operandi era bastante parecido en todas las agresiones: el acusado abordaba a sus víctimas, de entre 16 y 34 años, con un cuchillo en la vía pública y las conducía a zonas arboladas y con mucho ruido, normalmente por la noche. Allí, "violentamente", las obligaba a desnudarse totalmente, las violaba mientras sostenía el arma cerca de su cuello y posteriormente amenazaba con matarlas si no permanecían en silencio mientras él huía. Además, a ocho de las víctimas les sustrajo el dinero que portaban, el bolso y algunos efectos personales, como teléfonos móviles.

En el momento de la detención, la policía informó de que Juvenilson D. S. llevaba viviendo en Madrid cuatro años, entre los distritos de Carabanchel y Puente de Vallecas, tenía los papeles en regla y había trabajado como pintor de casas en Barajas, Aluche y Arganda del Rey.

El detenido podría convertirse en el segundo violador con más agresiones en los últimos años en Madrid, tras Arlindo Luis Carballo, conocido como el violador de Pirámides. Arlindo Luis Carballo fue condenado en enero del año 2000 por la Audiencia de Madrid a 514 años de cárcel por 27 atracos a mujeres, 26 delitos de detención ilegal con agresión sexual, otros dos en grado de tentativa y siete agresiones sexuales, entre otros delitos cometidos entre 1988 y 1996.

"Hechos salvajes"

Durante el desarrollo de la vista oral, que ha durado menos de cinco minutos, el fiscal no ha dudado en calificar los actos cometidos por Juvenilson D.S. como "hechos auténticamente salvajes y reiterados en el tiempo". Asimismo, el Ministerio Público ha puesto de relieve la necesidad de que al reo se le aplique el artículo 78.1 del Código Penal, en el que se establece que los beneficios penitenciarios, los permisos de salida y la clasificación y cómputo del tercer grado se refieran a la totalidad de las penas que se impongan. Este punto ha sido apoyado por los letrados que ejercen la acusación particular, entre ellos Victoria Blanco, de la Asociación de Asistencia a Mujeres Violadas, quien ha subrayado que es necesario tomar "precauciones" debido a la peligrosidad del procesado.

Al término de la vista, fuentes jurídicas han apuntado que el hecho de que el inculpado haya reconocido los hechos y haya afirmado que pedirá ayuda suponen "dos pasos positivos para él". "Si existe la reinserción, lo primero es reconocer los hechos", han dicho. Posteriormente, en declaraciones a los medios de comunicación, la letrada Victoria Blanco ha indicado que Juvenilson ha adoptado una actitud "melosa y dulce, de pobre desgraciado" a lo largo de la vista y ha recalcado que lo más importante es que, gracias al reconocimiento de los hechos, las víctimas, que sufren unos "efectos psicológicos devastadores", no han tenido que testificar.

"Al procesado le daba igual que las mujeres fueran menores o mayores de edad, incluso que estuvieran enfermas. Si había gente alrededor cuando iba a perpetrar su ataque se cuidaba de agarrar a las chicas por la cintura haciéndose pasar por su novio", ha sentenciado la abogada. Finalmente, la presidenta de la Asociación de Asistencia a Mujeres Violadas, Tina Alarcón, ha manifestado que no cree que Juvenilson D. S. se reinserte en la sociedad porque los violadores en serie "son individuos compulsivos". También ha querido destacar que la mayoría de las víctimas tienen "graves problemas "para incorporarse a la vida diaria". La mayoría de las víctimas, una de las cuales ha perdido un ojo a causa de las lesiones sufridas, padece estrés postraumático a consecuencia de esos hechos.

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