El ex marido de Liza Minelli pide 10 millones de dólares por las palizas de la actriz

David Gest alega que el alcoholismo de su ex esposa le daba "una fuerza excepcional" que empleaba para golpearle

David Gest se casó con Liza Minelli en marzo de 2002. A la boda acudieron, entre otras estrellas de renombre, Michael Jackson, Elizabeth Taylor y Mia Farrow. La actriz y cantante había dejado atrás una etapa oscura de su vida, marcada por problemas médicos graves (sufrió una encefalitis que casi acaba con su vida) y por un fuerte alcoholismo. Pero tras su cuarto matrimonio inició la remontada, con una exitosa gira musical e incluso planes para una serie de televisión.

Sin embargo, la unión duró apenas 16 meses. El pasado verano la pareja se separó a petición de Gest, que denunció que el...

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David Gest se casó con Liza Minelli en marzo de 2002. A la boda acudieron, entre otras estrellas de renombre, Michael Jackson, Elizabeth Taylor y Mia Farrow. La actriz y cantante había dejado atrás una etapa oscura de su vida, marcada por problemas médicos graves (sufrió una encefalitis que casi acaba con su vida) y por un fuerte alcoholismo. Pero tras su cuarto matrimonio inició la remontada, con una exitosa gira musical e incluso planes para una serie de televisión.

Sin embargo, la unión duró apenas 16 meses. El pasado verano la pareja se separó a petición de Gest, que denunció que el abuso del alcohol del que hacía gala Minelli la dotaba de "una fuerza excepcional". Ahora parece que ese poderío físico lo empleaba la actriz en golpear a su marido cada vez que emborrachaba, lo que le ha causado "un dolor incurable en su cabeza".

Gest ha demandado a su mujer por estos ataques, y pide una indemnización de 10 millones de dólares por los abusos de su esposa, que al parecer le lanzó una lámpara y le uso como saco terrero para probar sus puños durante una pelea marital.

Dolor de cabeza, vértigo, nauseas, hipertensión e insomnio son algunos de los efectos secundarios de estos ataques, según la demanda presentada ante un juzgado de Nueva York. El último ataque de ira de la actriz tuvo lugar en junio en un hotel de Londres, cuando ya era una estrella "eclipasa, alcohólica, gorda e incapacitada para vender su imagen", según Gest.

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