TRIBUNALES

Jesús Gil atribuye a "motivos políticos" la condena que le inhabilita para ser alcalde

El presidente del Atlético de Madrid dice que sólo cometió una "infracción burocrática" y asegura que "si hubiera hecho lo del BBV o Gescartera, seguro que me fusilan"

El alcalde de Marbella (Málaga), Jesús Gil, ha achacado hoy a "motivos políticos" la decisión del Tribunal Supremo, que el pasado viernes confirmó la condena a 28 años de inhabilitación que la Audiencia de Málaga le impuso en octubre de 2000. El fallo le condena a él y a dos de sus colaboradores por cuatro delitos de prevaricación y dos de tráfico de influencias, por las irregularidades cometidas en los contratos de patrocinio de Marbella con el Atlético de Madrid, el Betis y el Joventut de Badalona entre 1991 y 1993, el llamado caso de las camisetas.

En conferencia de prensa, Je...

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El alcalde de Marbella (Málaga), Jesús Gil, ha achacado hoy a "motivos políticos" la decisión del Tribunal Supremo, que el pasado viernes confirmó la condena a 28 años de inhabilitación que la Audiencia de Málaga le impuso en octubre de 2000. El fallo le condena a él y a dos de sus colaboradores por cuatro delitos de prevaricación y dos de tráfico de influencias, por las irregularidades cometidas en los contratos de patrocinio de Marbella con el Atlético de Madrid, el Betis y el Joventut de Badalona entre 1991 y 1993, el llamado caso de las camisetas.

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En conferencia de prensa, Jesús Gil ha valorado la decisión del Supremo de confirmar la pena por los delitos de prevaricación y tráfico de influencias, y ha sostenido que "hay que ser respetuoso con las resoluciones judiciales a pesar de que sepas cómo se han cocinado".

El presidente del Atlético de Madrid ha dicho que ha sido condenado por una "infracción burocrática y administrativa" y ha estimado que "si hubiera hecho lo del BBV o Gescartera, seguro que me fusilan".

Preguntado por qué papel desarrollará en Marbella cuando sea inhabilitado, Gil ha dicho que "soy el presidente del GIL (Grupo Independiente Liberal), a no ser que diga en la sentencia que me destierran" y, tras asegurar que este partido concurrirá a las próximas elecciones, ha manifestado que "el pueblo está conmigo" y "me adora".

Gil ha asegurado que su caso, al igual que el de Banesto, fue pactado durante las negociaciones para cubrir las vacantes de los órganos constitucionales, de tal forma que "se da la orden" al presidente del Tribunal Supremo y éste al de la Sala de lo Penal, por lo que se adelantó un año la vista del recurso.

El alcalde de Marbella ha considerado que la condena no debe repercutir en el club de fútbol que preside porque se ha demostrado que no se llevó nada, aunque si sube a Primera División "a lo mejor me lo vuelven a quitar" ya que, ha dicho, "los del PP no perdonan, matan, pero en aras a la democracia".

El alcalde de Marbella ha asegurado que se le trata como a un "proscrito" y que está sometido a una "persecución brutal".

Críticas al fiscal Castresana

Gil ha criticado también al fiscal anticorrupción Carlos Castresana quien, ha dicho, "no aguanta un test psiquiátrico" y que "el juez que no se presenta a los chanchullos de la Fiscalía es inmediatamente recusado".

Gil ha recalcado que el Atlético de Madrid cobró 450 millones de pesetas para que sus jugadores lucieran en sus camisetas el logotipo de Marbella porque el interventor municipal lo ordenó y sostuvo que no era necesario que lo ratificara el pleno del Ayuntamiento.

La Audiencia Provincial de Málaga consideró probado que Gil decidió concurrir a las elecciones municipales de Marbella en 1991, siendo presidente del Atlético, y "sin contar con autorización del Ayuntamiento ni consultarlo con sus órganos rectores" puso en las camisetas de los jugadores del club rojiblanco en anagrama de Marbella "y así lograba obtener una propaganda electoral de cara a los ciudadanos".

El Ayuntamiento de Marbella no ha sido perjudicado "en una sola peseta", ha resaltado Gil, quien ha indicado que "aquí se ha demostrado que nadie ha metido la mano en la cartera".

Sobre la posibilidad de recurra ante el Tribunal Constitucional la sentencia del Supremo, de la que aún solo se conoce el fallo, ha confiado en tener permiso para ello "como cualquier otro".

EFE