Amparo Navarro, primera rectora de la Universidad de Alicante

La catedrática de Derecho Financiero y Tributario se impone en unas elecciones marcadas por la pandemia con el respaldo del profesorado y del personal no docente

Amparo Navarro, primera rectora de la Universidad de Alicante.Imagen de la web de la candidatura de Amparo Navarro

La catedrática de Derecho Financiero y Tributario Amparo Navarro es la primera mujer que liderará el Rectorado de la Universidad de Alicante (UA). Según los primeros resultados provisionales, y tras un recuento que se prolongó hasta cerca de las 2 de la madrugada, Navarro había conseguido el 53,66% de los votos, frente al 42,29% de su contrincante, el catedrático de Historia Medieval José Cabezuelo. El resultado aú...

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La catedrática de Derecho Financiero y Tributario Amparo Navarro es la primera mujer que liderará el Rectorado de la Universidad de Alicante (UA). Según los primeros resultados provisionales, y tras un recuento que se prolongó hasta cerca de las 2 de la madrugada, Navarro había conseguido el 53,66% de los votos, frente al 42,29% de su contrincante, el catedrático de Historia Medieval José Cabezuelo. El resultado aún es provisional y debe obtener la ratificación final de la Junta Electoral de la UA.

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A falta de los votos de dos mesas del alumnado de Económicas, 2.273 papeletas convertían a Navarro en la primera mujer al frente de una universidad de la provincia de Alicante. Navarro, candidata por sorpresa que no contaba con el respaldo del cuerpo directivo de la UA, fue capaz de convencer al profesorado y al personal no docente de que el campus necesitaba un cambio de timón. Entre el alumnado, la cosa estuvo más repartida. Ciencias y Salud apoyaron a la candidata, mientras que Derecho, Letras y la Politécnica respaldaron a Cabezuelo.

Navarro se convierte así en la séptima dirigente de la entidad académica alicantina desde su creación, en 1979. Sustituye a Manuel Palomar, catedrático de Lenguajes y Sistemas Informáticos, que ha visto su mandato prolongado a causa de la pandemia de Covid-19. Las elecciones, que deberían haberse celebrado en torno a mayo, al final del anterior curso, se postergaron en pleno confinamiento con la intención de primar la seguridad de los trabajadores y los estudiantes, según comunicó el Rectorado de la UA ya en marzo, incluso antes de que el Gobierno fuera alargando el estado de alarma.

Una vez retomados los comicios, y tras la campaña realizada por ambos candidatos, los dos procedentes del equipo rector saliente, la jornada se ha desarrollado sin incidentes en lo que la dirección del campus de San Vicente ha calificado como “las votaciones más atípicas de la historia de la UA”. Las medidas de prevención y seguridad han marcado el acceso a las urnas de las cerca de 30.000 personas que estaban convocadas para ejercer su derecho a elegir quién va a comandar la universidad alicantina durante los próximos ocho años.

Según fuentes de la UA, la alarma sanitaria condujo a la ampliación del voto anticipado, que se ha prolongado veinte días, desde el pasado 12 de noviembre. Mientras en otras ocasiones apenas se superaba el centenar de papeletas emitidas a distancia, en esta ocasión se han registrado 3.800. Un excepcional volumen de participación adelantada que se ha sumado al voto tradicional, que se prolongó ayer jueves desde las 9 de la mañana hasta las 20 horas. Y que, dado el resultado final, apenas sumó un millar de votos más.

De los 30.000 votantes convocados, la mayor parte, 25.635 según las cuentas de la UA, son alumnos. También podían participar 2.552 profesores y 1.383 integrantes del personal de administración y servicios (PAS). Según las mismas fuentes, el peso de la decisión, regulado por el voto ponderado que figura en el reglamento electoral de la UA, recae principalmente en los doctorados con vinculación permanente, que atesora el 55% de la influencia que ha sentado a Navarro en el principal despacho de la entidad. Algo menos de la mitad, el 26%, corresponde a los votos de los alumnos. Los miembros del PAS suman un 12% en este cómputo, mientras que el resto de profesores e investigadores se reparten el 7% restante.

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