Cómo invertir en inteligencia artificial

Esta industria apenas está comenzando y esperamos que surjan más oportunidades en todo el sistema asociado a ella

Nvidia se ha disparado en Bolsa gracias a la IA. En la imagen, su cofundador Jensen Huang.SAM YEH (AFP / Getty Images)

El entusiasmo por la inteligencia artificial (IA) ha impulsado las Bolsas estadounidenses a múltiples máximos históricos en 2024. La elevada rentabilidad de las acciones relacionadas con la IA hace que algunos se pregunten si esto podría ser similar a la burbuja de las empresas tecnológicas de 2000. Nosotros vemos la IA como una oportunidad de futuro que apenas está empezando a influir en los resultados corporativos. Pero, ¿podría experimentar ...

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El entusiasmo por la inteligencia artificial (IA) ha impulsado las Bolsas estadounidenses a múltiples máximos históricos en 2024. La elevada rentabilidad de las acciones relacionadas con la IA hace que algunos se pregunten si esto podría ser similar a la burbuja de las empresas tecnológicas de 2000. Nosotros vemos la IA como una oportunidad de futuro que apenas está empezando a influir en los resultados corporativos. Pero, ¿podría experimentar una burbuja como la de las empresas tecnológicas durante la crisis de las puntocom?

Desde principios de 2023, las acciones relacionadas con la IA han ofrecido una rentabilidad un 30% superior a la de los índices, y algunos inversores han comparado estos movimientos con la burbuja de las puntocom de finales de la década de 1990. Pero si analizamos los datos vemos que, en el año 2000, los analistas esperaban un crecimiento del 30% de las ganancias por acción de los líderes tecnológicos de la época, mientras que los analistas actuales esperan un crecimiento del 54%, lo que representa una base más sólida para los precios de las acciones.

La relación entre el precio y las ganancias por acción, lo que se conoce como PER a futuro, puede indicar optimismo y confianza en el crecimiento de los beneficios, si es alto. Pero también puede indicar un entusiasmo excesivo. En enero de 2000, las tecnológicas más grandes cotizaban a un PER a futuro promedio de 59 veces. Las cinco acciones tecnológicas más importantes hoy cotizan a un PER a futuro de 34 veces, apenas la mitad.

Así, Wall Street cree que la IA ofrecerá un mejor crecimiento de los beneficios de lo que se esperaba de las puntocom, incluso cotizando a precios por debajo de los años 2000. Aunque la diferencia de valoración entre los líderes de la década de 2000 y los actuales no es garantía de que las acciones con temática de IA sigan superando al resto del mercado, en nuestra opinión, está claro que 2024 no es el año 2000.

Las oportunidades potenciales en inteligencia artificial están en dos áreas: la IA 1.0 y la IA 2.0. La primera es la infraestructura que sustenta la IA. A medida que crece la demanda de capacidades sofisticadas de IA, también lo hace la demanda de una infraestructura escalable y potente.

Las principales empresas de computación en la nube, incluidas Amazon, Microsoft, Alphabet y Meta, han implementado rápidamente planes de inversión para respaldar la mayor capacidad de la nube que necesitarán en la era de la IA. Además, la demanda de IA está consumiendo rápidamente la capacidad de los centros de datos existentes en los que se basa la tecnología, lo que hace necesarias nuevas instalaciones. Esto también presenta oportunidades de inversión.

Otra capa crucial en la infraestructura de IA y el avance de grandes modelos de lenguaje como ChatGPT es la potencia computacional de procesamiento necesaria. Los modelos de lenguaje son programas informáticos que aprenden y generan un lenguaje similar al humano utilizando una arquitectura entrenada en grandes conjuntos de datos. Estos cálculos de datos son procesados por semiconductores, conocidos como unidades de procesamiento de gráficos (GPU), que aportan un rendimiento mucho más rápido y eficiente y que han dejado obsoletos a la mayoría de los dispositivos electrónicos computacionales anteriores a 2020.

Nvidia, fabricante de GPU líder en la industria, estimó recientemente que la demanda total de GPU podría alcanzar los 2.000 millones de dólares. Esto incluye 1.000 millones de dólares de los centros de datos y otros 1.000 millones del trabajo conectado a la IA, como la formación de nuevos modelos de lenguaje, el aprendizaje automático y las simulaciones científicas.

La IA se encuentra en sus primeras etapas, y aunque rentabilidades pasadas no son garantía de resultados futuros, creemos que las empresas dedicadas hoy al desarrollo de la infraestructura para la inteligencia artificial, como los proveedores de centros de datos y de nube y los fabricantes de semiconductores, deberían seguir creciendo a medida que se desarrolla el mercado.

Sin embargo, la mayor parte del valor no reconocido de la IA se encuentra en áreas como el software y las aplicaciones. A esto es a lo que llamamos AI 2.0. y se centra en los adoptantes. Industrias como las de servicio al cliente, atención médica, finanzas o logística están preparadas para una transformación significativa a través de la IA.

Mantener una exposición equilibrada de la cartera de inversión entre AI 1.0 y AI 2.0 podría ser una forma eficaz de capitalizar potencialmente la promesa que ofrece esta área para la inversión.

A todo lo anterior hay que añadir que, aunque los gigantes tecnológicos estadounidenses reciban la mayor parte de la atención en la era de la IA, hay que estar atentos también al potencial de los líderes en IA en otros lugares.

China rivaliza con EE UU en la carrera por el liderazgo en IA, y existe también un considerable potencial para la adopción de la IA en la India, una nación rica en datos y con un uso generalizado de dispositivos móviles. Con el tiempo, esto podría traducirse en importantes oportunidades de inversión. Corea del Sur, Japón y Singapur siguen siendo asimismo centros de innovación importantes.

¿Y Europa? Hay empresas continentales que también podrían ser grandes beneficiarias de la IA, ya que la tecnología puede ayudarlas a ser más eficientes y rentables. Entre ellas, las del sector industrial alemán; las compañías aeroespaciales, de automoción y química de Francia; o las empresas de logística y de tecnología punta en los Países Bajos.

Adicionalmente, los Estados están empezando a comprender las implicaciones para la seguridad nacional que rodean al acceso y el control de sus datos y también se están posicionando estratégicamente para aprovechar el potencial de la IA. Es probable que la competencia se intensifique y que nuevas normas similares a la política estadounidense que limita la venta de algunos chips de IA avanzados a China se extiendan. Por todas estas razones, los inversores deben abordar la IA con una perspectiva global.

La evolución de la IA apenas está comenzando y esperamos que en los próximos años sigan surgiendo oportunidades en todo el ecosistema asociado a esta tecnología. La IA cambiará la forma en que pensamos, trabajamos y resolvemos problemas, abriendo el camino hacia la innovación y cambios revolucionarios.

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