Los activos de riesgo resisten
El mercado cuenta con que la Reserva Federal se sume al BCE y comience a reducir los tipos de interés este año, lo que da cierto soporte a las valoraciones
Al inicio de 2024, se anticipaba que el contexto en el que se desenvolverían los mercados financieros sería un escenario de desinflación, acompañado de un aterrizaje suave de la economía estadounidense y de estabilización del crecimiento en Europa. En consecuencia, se esperaba un ciclo progresivo de recortes en los tipos de interés. Sin embargo, la realidad resultó ser distinta. La primera parte del año estuvo marcada por una pausa en el proceso desinflacionista y un mercado laboral tensionado. Así, ...
Al inicio de 2024, se anticipaba que el contexto en el que se desenvolverían los mercados financieros sería un escenario de desinflación, acompañado de un aterrizaje suave de la economía estadounidense y de estabilización del crecimiento en Europa. En consecuencia, se esperaba un ciclo progresivo de recortes en los tipos de interés. Sin embargo, la realidad resultó ser distinta. La primera parte del año estuvo marcada por una pausa en el proceso desinflacionista y un mercado laboral tensionado. Así, los bancos centrales de los países avanzados adoptaron una postura más cautelosa y los inversores tuvieron que rebajar sus expectativas de recorte de tipos para el año, pasando de anticipar seis bajadas, es decir, un recorte total de 150 puntos básicos, a solamente dos de 25 cada una.
Este ajuste en las expectativas de política monetaria resultó en un aumento en las rentabilidades de la deuda a largo plazo en EE UU y en la zona euro, ascendiendo 40 y 60 puntos básicos respectivamente desde inicio de año. Pese a los mayores tipos de interés, la mayoría de los activos de riesgo no se vieron afectados, manteniéndose baja la volatilidad en la Bolsa durante el primer semestre, con índices de renta variable alcanzando nuevos máximos y los diferenciales de bonos corporativos especulativos estrechos. Las primas de riesgo en mercados periféricos y emergentes se mantuvieron contenidas, aumentando recientemente por riesgos políticos y posibles déficits fiscales insuficientemente controlados.
Varios factores explican este buen comportamiento del mercado. Primero, sigue habiendo una amplia liquidez, derivada de las inyecciones realizadas en respuesta a la pandemia. Segundo, las economías han logrado evitar la recesión, con un consumo relativamente resiliente que ha respaldado los beneficios y márgenes empresariales. Adicionalmente, los niveles de endeudamiento de familias y empresas siguen en cifras controladas. Por otro lado, las empresas aprovecharon el entorno de bajos tipos de interés para refinanciar y alargar los plazos de su deuda, por lo que se han visto menos afectadas por las subidas recientes. Finalmente, el mercado cuenta con que la Reserva Federal se sume al BCE y comience a reducir los tipos de interés este año, lo que da cierto soporte a las valoraciones.
Respecto a la renta variable, las estrategias de los inversores han buscado refugio ante el impacto de los tipos de interés altos en empresas grandes, con músculo financiero, y una historia de crecimiento como son los valores ligados a la inteligencia artificial. Esto último ha provocado que la subida más significativa de Bolsa esté concentrada en pocos valores que además acumulan valoraciones elevadas. Así, en promedio, la cotización actual de los siete magníficos tecnológicos supone pagar entre 34 y 40 veces los beneficios a 12 meses vista.
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