La empresa que nació de la torpeza de un autónomo

La barcelonesa Quipu, de gestión de facturas y contabilidad, ingresa más de 1,5 millones de euros

Imagen del programa desarrollado por Quipu para pequeñas empresas y autónomos.Quipu

La palabra “quipu” tiene su origen en la civilización azteca. Su significado en quechua es “nudo” y fueron inventados para representar números. Este mismo nombre fue el que utilizó Roger Dobaño cuando fundó su empresa, que aunque no tiene nada de azteca, sí se basa en números. Dobaño cuenta con orgullo el recorrido de la firma de software de gestión de pagos, contabilidad y facturación creada en 2013 y que ...

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La palabra “quipu” tiene su origen en la civilización azteca. Su significado en quechua es “nudo” y fueron inventados para representar números. Este mismo nombre fue el que utilizó Roger Dobaño cuando fundó su empresa, que aunque no tiene nada de azteca, sí se basa en números. Dobaño cuenta con orgullo el recorrido de la firma de software de gestión de pagos, contabilidad y facturación creada en 2013 y que hoy factura más de 1,5 millones de euros. “Si creas una start-up y no tienes visión a largo plazo, es imposible tener éxito. Ya no vale el pelotazo a corto plazo”. Esta start-up barcelonesa, fundada por Dobaño junto a Albert Bellonch y Bernat Farrero, surgió de sus propios errores. “Tuve que hacerme autónomo por obligación y lo hice todo mal. Se supone que habiendo estudiado Administración y Dirección de Empresas debería haber sabido qué hacer. Pero fue todo lo contrario”. Dice que estudiar no sirve absolutamente de nada en el campo del emprendimiento. “Se aprende a base de tropezar una y otra vez. De comerte tus propios errores con patatas, como me ocurrió a mi”. Después de aquello lo tuvo claro: desarrollaría un soft­ware para hacer más fácil la vida a empresas y autónomos. “Estábamos en un contexto complicado. En 2013 empiezan a incorporarse los primeros sistemas SaaS (software como servicio) en España, y las rondas de inversión no tenían nada que ver con las de hoy”.

Quipu, que genera beneficios desde 2020, cuenta hoy con 8.000 clientes y espera cerrar este año con una facturación de dos millones de euros. Dobaño vaticina que esas cifras se multiplicarán de forma exponencial a lo largo del próximo lustro. ¿El motivo? La entrada en vigor de la facturación electrónica. “España es un país endeudadísimo y con mucho fraude. La factura electrónica es un intento de controlar todos estos flujos”. En estos momentos, cuenta, “solo un 20% de las empresas emiten sus cargos de forma electrónica. En 2025 será obligatorio para todos”.

Lo mismo ocurrió en Italia en 2019, el primer país de la Unión Europea en hacer masivo su uso tanto en el ámbito público como privado. “Empresas como la nuestra pasaron de 10.000 clientes a más de 200.000 de un día para otro. Hay que estar preparado para lo que viene: ni los clientes ni las asesorías son todavía conscientes del cambio que vamos a vivir”. Para afrontar este nuevo reto, han decidido dotarse del músculo financiero. El pasado noviembre fueron adquiridos por la multinacional francesa Sellsy, lo que incorpora la empresa al grupo PSG (Providence Strategic Growth). “Quipu pasa a formar parte de uno de los grupos líderes de CRM a nivel mundial”.

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