Con qué fuerza debe golpear el BCE

El banco central corre el riesgo de que una subida de tipos de interés excesiva le obligue a rectificar luego

Sede del BCE en Fráncfort.DANIEL ROLAND (AFP via Getty Images)

Atrapado entre el peligro de la inflación y el riesgo de recesión, el Banco Central Europeo (BCE) ha optado por seguir subiendo los tipos con la esperanza de que los precios, que crecen un 9% anual en la eurozona, vuelvan a tierra. La cuestión es saber a qué velocidad y con qué fuerza debe golpear. Con el riesgo de una grave desaceleración económica en 2023, una subida demasiado grande la semana próxima tendría todo el aspecto de un ataque de pánico. Nadie discute que el BCE tiene qu...

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Atrapado entre el peligro de la inflación y el riesgo de recesión, el Banco Central Europeo (BCE) ha optado por seguir subiendo los tipos con la esperanza de que los precios, que crecen un 9% anual en la eurozona, vuelvan a tierra. La cuestión es saber a qué velocidad y con qué fuerza debe golpear. Con el riesgo de una grave desaceleración económica en 2023, una subida demasiado grande la semana próxima tendría todo el aspecto de un ataque de pánico. Nadie discute que el BCE tiene que actuar. Ha tardado en subir su tipo de interés básico, que se mantuvo negativo durante ocho años hasta julio, y ahora se sitúa en el 0%. La inflación se ha visto impulsada por la volatilidad de los precios de la energía y los alimentos. Sin estos efectos, la inflación subyacente fue en agosto del 4,3% anual, muy por encima del objetivo del 2%.

Isabel Schnabel, miembro del Consejo del BCE, ha indicado que el banco se inclina por el lado más duro y ha afirmado que, con recesión o sin ella, es el momento de luchar contra la inflación “con fuerza”. Los analistas de Pictet esperan ahora una subida del 0,75% la semana que viene, tras un aumento del 0,5% en julio. Los precios del mercado monetario dan a entender que el tipo básico del BCE alcanzará el 2,3% el próximo año, según precios de Refinitiv.

Este argumento se ve reforzado por la Reserva Federal de EE UU, que ha sido más agresiva a la hora de subir los tipos. Por ello, el euro se ha debilitado frente al dólar, creando otra fuente de inflación importada de la que debe preocuparse el BCE.

Sin embargo, el economista jefe del BCE, Philip Lane, sostiene que, sea cual sea el nivel que alcancen al final del ciclo, lo importante es llegar gradualmente. Unas subidas periódicas más pequeñas permitirían al BCE ajustar su política si la desaceleración esperada se convierte en una auténtica recesión. Las subidas regulares y moderadas del 0,25% o el 0,5% suavizarían las consecuencias de la represión de la inflación.

Tres años de crisis, desde la pandemia hasta la guerra de Ucrania, han engrosado la deuda pública en la eurozona desde el 84% del PIB en 2019 hasta el 96% el año pasado, y sigue subiendo. El mayor peligro ahora es una recesión sin tener un colchón fiscal. Para el BCE, con unas subidas excesivas se corre el riesgo de que después haya que hacer una rectificación engorrosa.

PARA MÁS INFORMACIÓN: BREAKINGVIEWS.REUTERS.COM. Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción es responsabilidad de EL PAÍS.

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