De la cuna de los ‘miguelitos’ a la capital del dinero: un español entre la élite de los fondos cotizados

Luis Berruga dirige Global X, empresa estadounidense de ETF temáticos que administra 45.000 millones de dólares

Luis Berruga, consejero delegado de Global X.AUNDRE LARROW

De comer todos los domingos un miguelito “por 25 pesetas” en su pueblo a dirigir una gestora en Wall Street especializada en fondos cotizados (ETF, por sus siglas en inglés) con activos valorados en 45.000 millones de dólares. La historia de Luis Berruga (La Roda, Albacete, 1977) es una mezcla de talento y azar. Licenciado en Ingeniería de Telecomunicación en la Universidad Politécnica de Madrid, fue a EE UU a mejorar su inglés. Estando en Chicago encontró trabajo en el área de banca privada de Morgan Stanley. “No sabía nad...

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De comer todos los domingos un miguelito “por 25 pesetas” en su pueblo a dirigir una gestora en Wall Street especializada en fondos cotizados (ETF, por sus siglas en inglés) con activos valorados en 45.000 millones de dólares. La historia de Luis Berruga (La Roda, Albacete, 1977) es una mezcla de talento y azar. Licenciado en Ingeniería de Telecomunicación en la Universidad Politécnica de Madrid, fue a EE UU a mejorar su inglés. Estando en Chicago encontró trabajo en el área de banca privada de Morgan Stanley. “No sabía nada de finanzas, pero me apasionó ese mundo”, cuenta por videoconferencia. Se sacó todas las licencias para ejercer de bróker, hizo un MBA y pronto fichó por Jefferies. Esta vez se especializó en banca de inversión en la capital financiera del mundo: Nueva York.

“Aprendí una barbaridad, pero el ritmo de trabajo era altísimo. Me apetecía buscar algo más pequeño y emprendedor”. En la Gran Manzana conoció a dos jóvenes españoles, Bruno del Ama y José Carlos González, que habían sido pioneros en el negocio de los ETF con el lanzamiento de su gestora, Global X, en 2009. La afinidad personal y profesional hizo que Berruga se uniese al proyecto en 2014. “Era el empleado número 10″, recuerda. Un año después, JPMorgan apostó por el potencial de la compañía y entró en el capital. “Fue un espaldarazo para nuestro crecimiento, ya que el banco aportó recursos que invertimos en distribución, ventas y marketing”. El juguete de Del Ama y González fue creciendo hasta llegar a los 8.600 millones de activos bajo gestión en 2017, momento en el que decidieron hacer caja y salir del capital. “El comprador fue el gigante financiero coreano Mirae. Los fundadores y JPMorgan se marcharon y a mí me nombraron consejero delegado. Desde entonces, hemos multiplicado por más de cinco veces el tamaño de la compañía”, destaca.

Apuesta por los productos temáticos

El crecimiento de Global X se basa en dos factores: haber detectado antes que nadie el potencial de un producto que, con liquidez en tiempo real y bajas comisiones, permite tener exposición a cualquier mercado y activo del mundo; y, en segundo lugar, especializado en ETF temáticos. “Ahora mismo comercializamos 35 fondos en EE UU y 24 en Europa, donde empezamos en el año 2019. Hay mucha demanda por las grandes tendencias de largo plazo que transformarán la economía, como por ejemplo todo lo relacionado con la sostenibilidad”, asegura Berruga, casado con una estadounidense con la que tiene un hijo (“del Real Madrid, porque hay cosas que no se pueden descuidar”). Actualmente, los fondos de mayor éxito comercial de la firma son los de robótica e inteligencia artificial, computación en la nube, blockchain y ciberseguridad.

El bum de la gestión pasiva —el total de activos bajo gestión de los ETF suma 10 billones de dólares— ha ido paralelo a las políticas monetarias ultraexpansivas de los bancos centrales. Con el dinero gratis, casi todos los activos han vivido días de vino y rosas en los últimos años. Ahora que se cierra el grifo de la liquidez, estos productos tendrán una prueba de fuego importante. “La inflación, la subida de tipos, la inestabilidad geopolítica y los efectos de la pandemia han traído mucha volatilidad al mercado. Yo creo que esa volatilidad va a continuar a medio plazo y este es un contexto que favorece a los ETF porque, mientras en un fondo convencional debes esperar al final de la sesión para vender o comprar, con un ETF lo puedes hacer en cualquier momento, como si fuera una acción”, explica Berruga.

A la espera de que el Banco de Irlanda (tiene allí la sede fiscal para su negocio europeo) dé el visto bueno, Global X ultima su desem­barco en España, un mercado donde los ETF se han visto penalizados fiscalmente. Mientras que al traspasar el dinero de un fondo convencional a otro no se pagan impuestos (se tributa cuando se retira el dinero), con los ETF se paga cada vez que se cambia de fondo. “Al principio, es un tema que me preocupó, porque pensé que podía lastrar nuestra implantación en España. Pero tras sondear un poco el mercado, creo que no será así porque nuestros principales clientes son institucionales, que compran ETF para sus fondos de fondos. Además, nuestros productos son de largo plazo, donde los inversores no están haciendo trading diario”. concluye Berruga.

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