Carmen Alonso (Tikehau Capital): “Los activos alternativos protegen contra la inflación”

La responsable en España, Portugal y Reino Unido de la gestora francesa asegura que, a pesar de la inestabilidad geopolítica, la firma mantiene su objetivo de administrar un patrimonio de 65.000 millones en 2026

Carmen Alonso, responsable de Tikehau Capital en Iberia y Reino UnidoVíctor Sainz

Tikehau Capital es una gestora francesa de activos alternativos que cotiza en Bolsa. Administra un patrimonio de 34.200 millones de euros y está especializada en cuatro líneas de negocio: deuda privada, private equity (capital riesgo), inmuebles y activos líquidos. Con 683 empleados y 12 oficinas en Europa, Asia y Norteamérica, tiene presencia en España desde el año 2017. Carmen Alonso -nació en Madrid, pero prefiere no decir cuándo- es la responsable de la compañía en el mercado ibérico y el Reino Unido.
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Tikehau Capital es una gestora francesa de activos alternativos que cotiza en Bolsa. Administra un patrimonio de 34.200 millones de euros y está especializada en cuatro líneas de negocio: deuda privada, private equity (capital riesgo), inmuebles y activos líquidos. Con 683 empleados y 12 oficinas en Europa, Asia y Norteamérica, tiene presencia en España desde el año 2017. Carmen Alonso -nació en Madrid, pero prefiere no decir cuándo- es la responsable de la compañía en el mercado ibérico y el Reino Unido.

Pregunta. El impacto económico de la invasión rusa de Ucrania está trastocando muchos planes de negocio. ¿Es el caso de Tikehau? ¿O mantienen las previsiones de crecimiento?

Respuesta. Recientemente hemos celebrado un encuentro en Londres con inversores donde hemos explicado que mantenemos nuestros objetivos, es decir, llegar a 65.000 millones de activos bajo gestión en 2026. En cuanto a los efectos indirectos, antes incluso de la guerra nuestras carteras ya asumían que nos adentrábamos en un entorno mucho más inflacionario. Sin embargo, las estrategias de inversión alternativas como las nuestras, donde el horizonte es de largo plazo y se tiene exposición a compañías y sectores de crecimiento, están más protegidas frente a las subidas de precios. Por lo tanto, mantenemos nuestras previsiones de crecimiento.

P. Ese objetivo de crecimiento ¿es solo orgánico o incluye posibles compras o fusiones?

R. Sí, es solo orgánico.

P. ¿Qué área de negocio será la que lidere la expansión?

R. La idea es que todas aporten en la consecución del objetivo que nos hemos fijado. Todas tienen sus propias palancas de crecimiento. En deuda privada cada año se baten récords en cuanto al capital que captan los nuevos fondos que se crean. Además, el año pasado abrimos oficina en Alemania y este mercado tiene que ser un motor importante de crecimiento. En private equity vemos mucho potencial en todas las inversiones relacionadas con la transición energética. Creemos que la dependencia del gas y el petróleo ruso en muchos países de Europa va a acelerar esa transición. Otro sector en el que confiamos mucho, y en el que crecemos de la mano de los gobiernos de Francia y España, es el aeroespacial.

P. ¿Cómo ve el mercado español?

R. Es importante para nosotros seguir desarrollando la cartera ibérica de forma equilibrada. Tenemos ya un equipo de 15 personas y el objetivo es crecer en aquellas áreas donde creemos que hay valor de forma selectiva y disciplinada. En el segmento inmobiliario en 2019 compramos un porfolio de oficinas en Madrid y Barcelona, y ahora estamos cerca de cerrar una operación importante en Portugal. En private equity, tras comprar los activos de biomasa de Gestamp queremos desarrollar una plataforma para crecer en este negocio. Además, en 2021, el Gobierno español nos dio el mandato para gestionar de la mano de la SEPI, Airbus e Indra un fondo para el sector aeroespacial que invierta en compañías que son proveedoras en la cadena de suministro. Para nosotros es importante captar más fondos en este ámbito.

P. ¿Solo tienen clientes institucionales?

R. Sí, la gran mayoría de nuestros clientes son institucionales, aunque hay un componente creciente de inversores minoristas de wealth [altos patrimonios de banca privada]. En 2020, lanzamos en España con Banca March un vehículo que coinvertía en nuestro fondo de transición energética. Y en Francia, para que la proporción de clientes no institucionales siga creciendo, hemos hecho algo similar con diferentes aseguradoras a través de productos como los unit linked.

P. En su negocio de financiación privada a pequeñas y medianas empresas, ¿temen que la morosidad aumente en un entorno con tantos riesgos como el actual?

R. Depende del nivel de apalancamiento de cada compañía y del sector en el que opere. En nuestros últimos fondos hemos invertido sobre todo en sectores como la tecnología o la salud, y tenemos muy poca exposición a las compañías industriales, cuya estructura de costes es muy dependiente de los precios energéticos. Hay que seguir de cerca la capacidad de las empresas para trasladar la mayor inflación a sus precios porque, de forma paralela, los costes de financiación también suben debido al cambio de tendencia en los tipos de interés. Se está generando una especie de tormenta perfecta y, aunque las empresas a las que les hemos dado financiación tienen un apalancamiento de entre 4 y 4,5 veces [sobre su beneficio de explotación], la liquidez es algo que estamos siguiendo muy de cerca.

P. ¿Qué ventaja tiene para una empresa financiarse con deuda privada en lugar de pedir un préstamo bancario o buscar otras alternativas como la emisión de bonos en el MARF?

R. Es una decisión que depende mucho de la fase en la que se encuentre esa empresa, de su estrategia y del uso que quiera dar a esa nueva financiación. En general, es bastante sano diversificar las fuentes de crédito. Una compañía puede complementar los préstamos de su banco, que están pensados más a corto plazo, con deuda privada como la nuestra a más largo plazo y sin amortización. En compañías que estén en una fase de crecimiento, una fuente de financiación como la nuestra le permite no destinar toda la caja que genera a pagar intereses o a amortizar deuda. Puede seguir invirtiendo, incrementar su capacidad de producción o crecer de forma inorgánica. La deuda privada suele ser más a medida de la empresa, la acompaña a largo plazo y permite ejecutar planes de crecimiento de una manera más estratégica.

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