La revolución de la atención sanitaria
Los expertos destacan el papel de la tecnología en los avances sanitarios durante un acto organizado por EL PAÍS y Vodafone
“Por primera vez en dos años puedo decir que vuelvo a ser la misma de antes”. Silvia Guerrero fue paciente con covid persistente y, gracias a un tratamiento de Estados Unidos y a la telemedicina, se ha recuperado. Como ella, los sectores se recomponen tras una profunda crisis sanitaria que, como reconocieron los invitados al encuentro organizado por EL PAÍS y Vodafone Business la semana pasada, ha mostrado las deficiencias del sistema. Sin embargo, no todo fue negativo. Estos expertos ...
“Por primera vez en dos años puedo decir que vuelvo a ser la misma de antes”. Silvia Guerrero fue paciente con covid persistente y, gracias a un tratamiento de Estados Unidos y a la telemedicina, se ha recuperado. Como ella, los sectores se recomponen tras una profunda crisis sanitaria que, como reconocieron los invitados al encuentro organizado por EL PAÍS y Vodafone Business la semana pasada, ha mostrado las deficiencias del sistema. Sin embargo, no todo fue negativo. Estos expertos destacaron que el shock generado por la pandemia también ha avivado aspectos positivos. Entre ellos, oportunidades que han ofrecido una nueva mirada al mundo: la digital.
Los beneficios tecnológicos han sido determinantes para Guerrero, quien también ha sido coordinadora del grupo de investigación Long Covid ACTS, que integra a un conjunto de afectados por secuelas a largo plazo del virus. “La primera encuesta que salió era de pacientes de Estados Unidos y el Reino Unido y la segunda ha sido una colaboración aquí en España. Nada de esto habría sido posible sin la era digital, ha sido un cambio de paradigma total”, explicó durante el acto titulado Los fondos europeos y la digitalización propagan una revolución sanitaria.
Los tratamientos, las recomendaciones y la vacuna fueron factores fundamentales para mitigar el virus, y se formularon gracias a la conexión de la comunidad científica mundial. A los doctores como Antonio Fernández-Pro, presidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), la situación les ha pasado factura: “Podemos decir sin miedo que hemos vivido los años más duros, a los cuales se le suma la incertidumbre por la economía”. Contra ello propone “un sistema público fuerte basado en las certezas, la accesibilidad y comunicación”.
Una de las principales trabas que se han encontrado los expertos durante sus largas jornadas estudiando la evolución del virus ha sido la dificultad de dialogar con los pacientes, un trabajo que habría sido mucho más sencillo usando herramientas digitales en los hospitales. También les ralentizaron unos sistemas informáticos obsoletos, con programas que no estaban interconectados. “Estamos en un país con 17 comunidades autónomas y las herramientas son diferentes en cada una. Es tremendamente difícil acceder a la historia clínica, que sería el instrumento del desarrollo tecnológico por antonomasia”. Por eso, Fernández-Pro considera que los fondos europeos son una oportunidad, aunque alienta a trabajar con “criterios claros y con una seguridad manifiesta sobre los datos clínicos y accesibilidad a la posible investigación”.
El programa Next Generation EU, el plan de la Comisión Europea que pretende reflotar la economía del continente, está dotado con 750.000 millones de euros, e inyectará en España ayudas directas de 70.000 millones que tratarán de solucionar esta clase de carencias. De hecho, uno de los pilares será la digitalización de empresas y administraciones. Andreu Bernad es el director general de Cuentas Estratégicas de Medtronic, una empresa dedicada a la tecnología sanitaria, y espera que esta aportación resuelva las tres grandes brechas que tiene el sector de la salud.
La primera, según Bernad, es la necesidad de desarrollo y la compra de nuevas tecnologías. “No tiene sentido que seamos el país con el índice de obsolescencia más grande de Europa”, critica, y lo ejemplifica: “Antes renovamos la ambulancia que las máquinas que lleva dentro”. La segunda brecha es el refuerzo entre primera línea de atención —que previene enfermedades— y la segunda —destinada al diagnóstico precoz— para evitar el colapso de los hospitales. Y la tercera es la necesidad de llegar a cualquier núcleo poblacional. “El código genético tiene que mandar por encima del código postal”, resume.
La información de cada persona se puede extraer y aplicar en beneficio de la sociedad. Para Silvia Guerrero hay una enorme cantidad de datos en sanidad desaprovechados: “Las analíticas están desperdiciadas, se tendría que crear un sistema compartido, porque si lo analizáramos todo, nos ahorraríamos mucho. Al final, el médico te hace una analítica, pero no tiene tiempo para compararla con las anteriores, con tus propios parámetros”.
Gestión de los datos
Hay empresas que ya han podido probar los beneficios de recabar documentos, como explicó Mario Buritica, portavoz de Intel. El gigante estadounidense elaboró junto a Vodafone un proyecto en tres hospitales (Ramón y Cajal, 12 de Octubre y Sant Pau) gracias a los diagnósticos de covid con radiografía de tórax. “El modelo tenía una precisión del 88% mientras que el mejor de los modelos locales solo tenía un 71%”, asegura. Los datos nunca salen del hospital: se emplean los modelos de inteligencia artificial y se combinan con una entidad central que únicamente tiene acceso al modelo matemático, por lo que la intimidad del paciente está asegurada.
Además de perfeccionar los tratamientos, la mejora más primitiva de la tecnología es la de acelerar las tareas administrativas, y este es otro de los puntos con mayor potencial. Esther Sánchez, directora de Innovación de Vodafone Business, aboga porque la mejora informática limpie de papeles el escritorio de los médicos para que dediquen el máximo tiempo al paciente.
Sánchez ejemplifica este avance con la introducción de nuevos aparatos en las ambulancias que transmitan en tiempo real el estado del paciente, para que cuando llegue al hospital todo esté listo en caso de urgencia: “Si hay sensores que captan las constantes vitales, el tratamiento va a ser más rápido y preciso”.
Antonio Fernández-Pro ahonda en el problema administrativo. Todas las carpetas y documentos de la consulta son “farfolla burocrática” que limitan su trabajo. De hecho, recuerda que, durante la sexta ola de la pandemia, el principal enemigo de sus colegas fue la redacción de bajas laborales para pacientes que se habían infectado levemente: “Nos quedamos estupefactos al ver que con la que estaba cayendo teníamos que usar cuatro horas al día en hacer bajas y altas. Hay que ordenar las necesidades y buscar prioridades para mejorar la sanidad”. Sánchez secunda la idea de que el objetivo principal es tener un plan concreto: “Innovar es hacer las cosas diferentes que aporten valor. No solo hay que digitalizar, hay que transformar”.