Criteria busca oportunidades de inversión
El máximo accionista de CaixaBank diseña una estrategia para renovar su cartera de participadas
Isidre Fainé ha visto, siempre con su consentimiento, cómo una serie de participaciones históricamente vinculadas a Grupo La Caixa desaparecían de su cartera de inversiones en los últimos años. Su brazo inversor CriteriaCaixa salió de Abertis en 2018, CaixaBank (el principal activo de CriteriaCaixa) se desprendió de sus acciones de Repsol en 2019 y la despedida de la francesa Suez, cuyas acciones eran una reminiscencia del antiguo capital que pos...
Isidre Fainé ha visto, siempre con su consentimiento, cómo una serie de participaciones históricamente vinculadas a Grupo La Caixa desaparecían de su cartera de inversiones en los últimos años. Su brazo inversor CriteriaCaixa salió de Abertis en 2018, CaixaBank (el principal activo de CriteriaCaixa) se desprendió de sus acciones de Repsol en 2019 y la despedida de la francesa Suez, cuyas acciones eran una reminiscencia del antiguo capital que poseía en Agbar, se produjo el año pasado. Desde entonces en las torres negras de la Diagonal de Barcelona se ha ido asumiendo la necesaria renovación de su antigua política de inversión en grandes empresas de servicios (las denominadas commodities en inglés) que permitiera dar juego a los 1.340 millones de euros que tiene disponibles. Fuentes del grupo, simplifican los pasos que vienen ahora con esta frase: “Criteria entrará donde pueda con sentido oportunista. Actualmente se está identificando cuáles son esas oportunidades”.
Parece, sin embargo, que lo que viene es la misma estrategia con diferentes actores. La primera de las apuestas reconocidas por CriteriaCaixa es la de recuperar el control de Agbar, que, con la fusión entre Suez y Veolia podría ser una de esas oportunidades para reinvertir los 750 millones de ingresos y 200 millones de plusvalías que supuso desprenderse del 5,9% de Suez. La cuestión es que, pese a las pérdidas a las que la pandemia arrastró a Suez España (matriz de Agbar), desde Francia no llega por el momento muestra de interés por vender su negocio del agua en España y Chile.
Una prueba de que Criteria quiere asegurar esas inversiones en grandes empresas de servicios es la batalla que ha librado por el control de Naturgy con el fondo australiano IFM después de que este lanzara una opa hostil. Desde que se conoció la oferta, el holding que agrupa las participadas de la entidad financiera ha ido aumentando su capital en la gasista hasta el actual 27%, con opciones de llegar a un máximo de un 30%. A falta de conocer cómo se articule la escisión anunciada por la energética en febrero pasado, fuentes financieras apuntan que Criteria se mantendrá en el accionariado de las dos empresas que surjan de la antigua Gas Natural.
La guerra en el seno de Naturgy ha sido uno de los motivos por los que el nuevo modelo de inversiones de Criteria ha tenido que esperar, pero no el único. Además de por la búsqueda de posibles inversiones, los cambios en la estrategia se han dilatado por el culebrón francés en torno a Suez, por la fusión de CaixaBank y Bankia y por la directriz sobre dividendos marcada por el Banco Central Europeo. Esa es una línea roja para el grupo, puesto que Fainé siempre ha defendido la necesidad de que la obra social de la Fundación La Caixa se asegurara los recursos necesarios para mantener su actividad, conservando así los orígenes de la creación de La Caixa. En este sentido, Fainé recordaba en una conferencia en enero pasado que “se acordó que mientras fuera posible, que los beneficios después de reservas, se destinarían a acciones sociales y benéficas”.
El pasado año Criteria transfirió 360 millones de sus beneficios (se apuntó un beneficio recurrente de 1.187 millones) a la fundación, su propietaria única. Y, habiendo recuperado (e incluso superado) el reparto de dividendos prepandemia, ahora han desaparecido los impedimentos que frenaban los avances de Criteria, que iniciará esa nueva etapa con una cartera de inversiones con un valor neto superior a los 18.000 millones de euros.
En la cartera de CriteriaCaixa, cuyo primer ejecutivo es Marcelino Armenter (64 años), mandan las participaciones de CaixaBank y Naturgy, que son las mayores aportadoras de dividendos (65 y 331 millones, respectivamente) y cuyas dos últimas operaciones han sido una muestra de la apuesta personal de Fainé en ellas. En un segundo nivel se encuentran Telefónica, Cellnex y Saba, si bien las dos últimas son una excepción. En el caso del operador de emplazamientos de telecomunicaciones porque no da dividendo (aunque la revalorización de sus acciones podría equilibrar ese problema). Si bien Criteria tiene una presencia relevante en el capital (4,77%) de Cellnex, no la tiene en el consejo de administración, circunstancia que le dota de mayor independencia, aseguran fuentes financieras, para tomar decisiones sobre esta participación. El caso de Saba es diferente. En 2019 se le puso el cartel de venta a la compañía de aparcamientos, que entonces se valoraba en torno a los 1.200 millones de euros. No se pudo cerrar la operación y, con la pandemia y la entrada en pérdidas de la compañía, y su consiguiente devaluación, se ha optado por congelar la venta para no malvender.
Exposición exterior
Otras dos grandes inversiones son la mexicana Inbursa y la china Bank of East Asia (BEA). En el caso de BEA, Criteria es el segundo accionista tras el banco japonés Sumitomo. El resto de las inversiones se reparten en renta variable distribuida entre un centenar de empresas y una cartera inmobiliaria relevante, que representa el 10,9% de sus activos. En ella se encuentran, por ejemplo, los terrenos de Tarragona donde la estadounidense Hard Rock quiere construir un recinto turístico marcado por la presencia de un macrocasino. En definitiva, según palabras de Fainé, un equilibrio entre “el riesgo que se asume con las inversiones, la rentabilidad financiera a la que se aspira y el impacto social que se consigue mediante las inversiones empresariales”.
Y mientras tanto, La Caixa ha introducido cambios en su patronato, al que Fainé ha sumado a Pablo Isla, presidente saliente de Inditex, y José María Álvarez Pallete, presidente de Telefónica y uno de los hombres que figuran en el reservado círculo de confianza del empresario catalán, quien no ha dado pistas todavía sobre su futuro en La Caixa, pese a que en julio cumplirá 80 años. En ese círculo de ejecutivos próximos también se encuentran Francisco Reynés, jefe de Naturgy, y Ángel Simón, el hombre fuerte de Agbar.