Hispasat se pone en órbita

La operadora de satélites controlada por Red Eléctrica se consolida en la Champions de la industria aeroespacial

El presidente de Hispasat, Jordi Hereu.Mariscal ((EPA) EFE)

La vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, suele comentar en privado que para entender lo que es un PERTE (proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica) hay que fijarse en Hispasat, compañía que surgió en 1989 de una iniciativa de Josep Borrell cuando era ministro de Obras Públicas y Transportes en el marco de los fastos de la España de 1992 (Juegos Olímpicos y Expo), en los que había que garantizar la conectividad con todo el mundo y que hoy es un modelo de la colaboración público-privada. Aquel año, la empresa, creada con participación de la firm...

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La vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, suele comentar en privado que para entender lo que es un PERTE (proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica) hay que fijarse en Hispasat, compañía que surgió en 1989 de una iniciativa de Josep Borrell cuando era ministro de Obras Públicas y Transportes en el marco de los fastos de la España de 1992 (Juegos Olímpicos y Expo), en los que había que garantizar la conectividad con todo el mundo y que hoy es un modelo de la colaboración público-privada. Aquel año, la empresa, creada con participación de la firma francesa Eutelsat, lanzó el primer satélite. Fue el comienzo de una ambiciosa idea que ha permitido a España alcanzar una posición privilegiada y jugar en la Champions de la industria aeroespacial, es líder en la distribución de contenidos en español y portugués y cuenta con nueve satélites, a los que a final de año se unirá el décimo, el Amazonas Nexus, que forma parte del equipo europeo que estudia la creación de una constelación de satélites.

Desde entonces, Hispasat ha pasado diversas etapas con cambios en su accionariado y desarrollos. Los primeros accionistas, Eutelsat y Abertis, salieron y Red Eléctrica de España (REE) pasó a controlar el 89,68% del capital, con los grupos públicos SEPI y CDTI (7,41% y 2,91%) como socios permanentes. Es decir, teniendo en cuenta que REE tiene participación pública y privada, es un ejemplo de ese maridaje que tanto se pregona para los fondos europeos, en los que Hispasat participa en 13 manifestaciones de interés ligadas a ámbitos como la universalización de la banda ancha, las comunicaciones seguras, la movilidad autónoma, proyectos de digitalización del sector agroalimentario, forestal, del medio rural y del sector pesquero, el transporte sostenible y favorecer la vertebración territorial mediante el despliegue de redes y del 5G.

Y no solo eso: Hispasat también se ha convertido en clave de las cuentas de REE, que el año pasado ganó un 9,5% más, tras haber dado Hispasat la vuelta a sus resultados (pasó de unas pérdidas de 75,6 millones de euros a unos beneficios de 55,8 millones) en un entorno en el que sus competidores han tenido un descenso del 3% de media. De los 965 millones de facturación, el 83% son exportaciones; emplea a casi 4.000 personas, con un crecimiento del 8% en empleo directo.

Estos resultados son los primeros que presenta Jordi Hereu, que cuando asumió la presidencia de la empresa en octubre de 2020 puso el contador a cero, reconociendo la devaluación de los activos, y aceleró el plan estratégico 2020-2025. Este plan ha consistido básicamente en modificar el negocio tradicional, basado en el alquiler de la capacidad de sus satélites para transmitir vídeo, por la transmisión de datos para adaptarse a los nuevos hábitos. Con la premisa de que sin internet no se puede poner en marcha la digitalización, los objetivos son que llegue la conectividad a todo el territorio para cerrar la brecha digital y garantizar la posición de España y Latinoamérica en el espacio.

De esta forma, Hispasat se ha convertido en un motor de la industria aeroespacial española. En noviembre inició la comercialización de servicios mayoristas de banda ancha satelital y está cerrando acuerdos con las operadoras de telecomunicaciones. Además, compró a Telefónica la compañía Media Networks en Perú y la participación que le faltaba para tener el control de la brasileña Hispamar en unas operaciones financiadas con recursos propios.

Ahora su horizonte pasa por África y Oriente Próximo, y por completar su flota con el lanzamiento de un satélite más moderno y versátil que responda a los cambios del mercado espacial. Según la empresa, no solo es una pieza importante de la constelación europea, sino que lo será del proyecto español para crear un satélite que garantice comunicaciones seguras en la revolución tecnológica que está en marcha: las comunicaciones cuánticas. Es decir, garantizar la seguridad de las comunicaciones ante los ­ciberataques.

La nueva Hispasat, que aspira a consolidarse como la ventanilla única en España para cualquier servicio espacial demandado por gobiernos y corporaciones, pasa de ser un operador por satélite a ser un operador al que nada es ajeno de lo que ocurre en el espacio. En ese sentido, se encuadra su presencia en el consorcio creado por el comisario Thierry Breton para crear la constelación europea de satélites de órbita baja junto a Airbus, Arianespace, Eutelsat, OHB, Orange, SES y Thales.

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