‘London calling’: cómo superar la yincana burocrática del Brexit y trabajar en el Reino Unido
El país necesita empleados, pero la salida de la Unión Europea lo ha complicado todo. Esto es lo que tiene que hacer para acceder a las vacantes
El mercado laboral británico experimenta desde mayo récords de puestos de trabajo vacantes y una escasa reserva de candidatos para cubrirlos. Con 1.247.000 empleos ofertados entre octubre y diciembre de 2021, el ratio de parados por cada una de estas plazas fue de apenas 1,1, según los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas: la cifra más baja desde que hay registros. Esto ha provocado que, ...
El mercado laboral británico experimenta desde mayo récords de puestos de trabajo vacantes y una escasa reserva de candidatos para cubrirlos. Con 1.247.000 empleos ofertados entre octubre y diciembre de 2021, el ratio de parados por cada una de estas plazas fue de apenas 1,1, según los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas: la cifra más baja desde que hay registros. Esto ha provocado que, un año después de que el Brexit cierre la puerta de la libre entrada de mano de obra europea, una ventana se abra para los españoles que quieren migrar al Reino Unido, ya que cada vez son más las empresas dispuestas a asumir los gastos de importar personal extranjero.
Los tiempos en los que bastaba con armarse de valor y plantarse en Londres a buscar trabajo sin hablar inglés acabaron el 31 de diciembre de 2020, cuando la libre circulación de personas entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE) llegó a su fin. Desde entonces, los europeos deben cumplir los mismos requisitos que los ciudadanos del resto del mundo: conseguir un empleo en origen y solicitar un visado.
Las rutas más comunes son la del visado para trabajadores del sector sanitario y el de trabajadores cualificados. Este último es un sistema introducido tras el Brexit que evalúa al candidato con un máximo de 100 puntos. Los 50 primeros solo se obtienen si se cumplen tres requisitos: hablar inglés, conseguir una oferta de empleo y que esta exija, por lo menos, el bachillerato. “Para que te aprueben la visa hay que sumar 70 puntos”, explica Laura Morales, abogada del despacho especializado en inmigración Morales Advisory Services. “Esos 20 puntos adicionales se pueden conseguir por el salario o si la profesión que vienes a ejercer está dentro del área de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), que es la que quiere impulsar el Gobierno británico. También te los dan automáticamente si tu trabajo está dentro de la lista de ocupaciones de escasa cobertura”.
Mariña Fernández, investigadora del Observatorio de Migración de la Universidad de Oxford, asegura que este nuevo sistema ha supuesto una “liberalización” para los trabajadores que vienen de fuera de la Unión Europea: “Se les bajó el salario mínimo requerido para una visa de trabajo y se incluyeron ocupaciones para las que se necesita formación profesional. Antes era solo para estudios universitarios”.
Entre los ciudadanos de la UE, en cambio, la idea de tener que pedir un permiso de empleo todavía no ha calado. Solo el 12% de los solicitantes durante la primera mitad de 2021 procedían de la UE, según un informe del Observatorio de Migración. Entre enero y septiembre, apenas 52 españoles tramitaron visados para trabajador cualificado o del sector sanitario y de estos, solo se les concedió a 27, según las estadísticas del Ministerio del Interior del Reino Unido.
Alto precio
Entre los obstáculos está encontrar una empresa que esté dada de alta como “patrocinadora”, un trámite que, dependiendo del tamaño y la facturación de la firma, cuesta entre 536 y 1.476 libras (entre 640 y 1.762 euros). A esto se suma un impuesto anual de entre 364 y 1.000 libras por cada empleado traído del extranjero (de 434 a 1.194 euros). La buena noticia es que cada vez más compañías lo hacen, señala Morales.
Sin embargo, los visados también implican una inversión por parte del candidato: entre 464 y 1.220 libras por la solicitud, además de 624 libras anuales por el uso del Servicio Nacional de Salud (NHS por sus siglas en inglés). Estas sumas se multiplican por cada familiar que se lleve. “El proceso del visado, aunque los empleadores cubran parte de los costes, es caro. Los trabajadores de fuera de la UE están acostumbrados, pero para los europeos es un choque brutal”, asegura Fernández.
Quienes obtienen un visado para trabajadores del sector sanitario, en cambio, están exentos de pagar por la NHS. Tampoco están sujetos a un sistema de puntos, aunque sí deben demostrar conocimientos de inglés, tener una oferta de empleo de una empresa patrocinadora y contar con ahorros de al menos 1.270 libras.
“Para el sector de la salud es relativamente fácil conseguir un visado si vienes a trabajar en la NHS como médica o, sobre todo, enfermera”, explica Fernández. “La demanda de sanitarios es tan grande que tienen su visa especial y el salario requerido es más bajo. Yo diría que es casi la ruta más rápida para venir porque además hay agencias especializadas y hacen el papeleo por ti”. Algunas de estas son MSI International, The Flame Lily y Pearls Recruitment.
Otra industria que también tiene facilidades para reclutar en el extranjero es la de los cuidados a domicilio, en especial en el caso de los trabajadores internos, afirma Jane Townson, directora de la patronal británica del sector, Homecare Association. “Es un área donde es más fácil cumplir con los umbrales de salarios porque muchos ganan entre 20.000 y 30.000 libras al año”, afirma. “España es uno de los lugares donde se recluta, The Good Care Group es una de las firmas que buscan personal allí… La española Clece Care también opera aquí en el Reino Unido”, añade.
En el resto de sectores, formar parte de la lista de ocupaciones de escasa cobertura es clave. Patronales como la del transporte de mercancías en vehículos pesados, la de la industria del pollo y la del cerdo lo han intentado, pero no han recibido más que provisiones limitadas de visas temporales.
Entre los 10 empleos más demandados en el Reino Unido, según una encuesta de la consultora Hays, hay algunos de escasa cobertura, lo que facilitaría la obtención del visado: ingenieros de software, especialistas en ciberseguridad, investigadores científicos, ingenieros civiles e ingenieros eléctricos. “La demanda de personal está en sus máximos en todo el Reino Unido”, afirma en un correo electrónico Simon Winfield, director de Hays para ese país. “Casi todos los empleadores tienen los mismos problemas para encontrar el talento que necesitan y vemos áreas de verdadera demanda en tecnología, construcción, ingeniería y marketing, donde los empleadores no consiguen contratar con la rapidez necesaria”.
A esto se suma una nueva tendencia: contratar en remoto. Winfield asegura que, ante la escasez de personal y la adopción del trabajo desde casa que ha potenciado la pandemia, las oportunidades de hallar un teletrabajo con una firma británica han crecido, sobre todo en el sector tecnológico. Un portavoz de Adecco confirma que las empresas británicas están cada vez más dispuestas a contratar candidatos “totalmente en remoto” y que, “siempre que la fuerza laboral esté equipada con las herramientas que necesita para realizar su trabajo”, esta alternativa se mantendrá en el futuro.