Orange arrastra los pies en la renovación de su cúpula
La compañía busca un nuevo consejero delegado tras la salida de Stéphane Richard por una sentencia que le acusa de complicidad en la malversación de fondos públicos
Habrá más de una cara roja en la sala de juntas de Orange. El gigante francés de la telefonía, valorado en 26.000 millones de euros, anunció el miércoles que estaba buscando un nuevo consejero delegado y presidente, después de que Stéphane Richard abandonara el cargo tras su condena por complicidad en la malversación de fondos públicos. El dilatado caso debería haber impulsado al consejo de administración a preparar un sust...
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Habrá más de una cara roja en la sala de juntas de Orange. El gigante francés de la telefonía, valorado en 26.000 millones de euros, anunció el miércoles que estaba buscando un nuevo consejero delegado y presidente, después de que Stéphane Richard abandonara el cargo tras su condena por complicidad en la malversación de fondos públicos. El dilatado caso debería haber impulsado al consejo de administración a preparar un sustituto. Separar los dos puestos principales es un primer paso para evitar futuras rupturas en el liderazgo.
Richard, que lleva 11 años al frente de la mayor empresa telefónica de Francia, mantiene su inocencia y dice que apelará el veredicto, relacionado con un pago gubernamental de 400 millones de euros al difunto magnate Bernard Tapie en 2008. Aun así, la condena hacía insostenible su continuidad en el cargo. El hecho de que los contribuyentes franceses, cuyo dinero fue utilizado incorrectamente por Richard, posean casi una cuarta parte de Orange refuerza los argumentos para su salida.
Por eso resulta extraño que el consejo pidiera a Richard que se quedara hasta el 31 de enero para garantizar “la gobernabilidad”. No es que el veredicto haya salido de la nada. Aunque un tribunal francés absolvió a Richard en 2019, las audiencias de apelación empezaron en junio. Además, Christine Lagarde, su jefa en el Ministerio de Finanzas francés en el momento del pago a Tapie y ahora presidenta del Banco Central Europeo, fue condenada por negligencia por el mismo asunto en 2015.
Orange cuenta con dos posibles consejeros delegados: el director financiero, Ramón Fernández, y Gervais Pellissier, que ya ocupó ese puesto. El tercer mandato de cuatro años de Richard finalizaba en mayo del año que viene, por lo que los planes para nombrar un sustituto tendrían que haber estado muy avanzados. El hecho de que Richard también ocupara el cargo de presidente puede haber interferido en la planificación de la sucesión.
La buena noticia para los accionistas es que el jefe saliente ha sentado las bases para un futuro más halagüeño. Mientras Richard estuvo al frente, Orange obtuvo una rentabilidad total anualizada, incluidos los dividendos, de solo el 2%, muy por detrás de su rival británico, Vodafone. La fuerte competencia y la inversión en redes móviles 5G y de fibra óptica seguirán lastrando la rentabilidad. Sin embargo, la unidad africana de la empresa está creciendo rápidamente y está preparada para desprenderse de sus torres de telefonía móvil españolas y francesas, lo cual podría impulsar la valoración. Pero para evitar futuros problemas de gobernanza, el consejo de administración de Orange primero tendrá que asegurarse de que el próximo presidente y el consejero delegado de la empresa sean personas diferentes.
PARA MÁS INFORMACIÓN: BREAKINGVIEWS.REUTERS.COM Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción es responsabilidad de EL PAÍS