La apuesta de Albares por el gas de Argel
El ministro de Exteriores preparó con las empresas y la vicepresidenta Ribera el viaje a Argelia para asegurar el suministro de gas natural
De un tiempo a esta parte no hay tregua en el entorno del gas. Al creciente impacto que desde junio supone el precio de esta materia prima en el mercado mayorista de electricidad (esta semana ha superado los 200 euros por megavatio hora cuando en febrero no pasaba de un euro) se suma la ruptura de relaciones entre Argelia y Marruecos, que han llevado a cerrar fronteras y, de paso, el suministro de gas argelino a España a través del gasoducto Magreb-E...
De un tiempo a esta parte no hay tregua en el entorno del gas. Al creciente impacto que desde junio supone el precio de esta materia prima en el mercado mayorista de electricidad (esta semana ha superado los 200 euros por megavatio hora cuando en febrero no pasaba de un euro) se suma la ruptura de relaciones entre Argelia y Marruecos, que han llevado a cerrar fronteras y, de paso, el suministro de gas argelino a España a través del gasoducto Magreb-Europa (GME), que atraviesa 540 kilómetros de territorio marroquí. El asunto no es baladí. El 45% del gas que consume España procede de Argelia (el 41% por tubo y el 4% por barco) y a final de octubre caduca la licencia de explotación del GME, que el Gobierno argelino está dispuesto a no renovar para cerrar el grifo del gasoducto. Desde hace 10 años existe otra infraestructura (el Medgaz), que va directamente desde Beni Saf (Argelia) a Almería. Resulta un alivio que no pase por Marruecos, pero se antoja difícil que ese tubo pueda ser suficiente para cubrir toda la demanda que ahora se reparte entre, por lo que tendrán que completarse por barco, que es más caro.
Es decir, existían razones más que suficientes para entender el viaje que hizo el jueves a Argel el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, para reunirse con el presidente argelino, Abdelmajid Tebún, así como con su homólogo, Ramtane Lamamra, y el titular de Energía, Mohamed Arkab. Fueron dos reuniones por separado en las que también estuvieron las secretarias de Estado de Exteriores, Ángeles Moreno, y de Energía, Sara Aagesen. El objetivo de Albares era garantizar el suministro, ya que el cierre de GME lo daba por inevitable. Lo raro es que no se hubieran celebrado con anterioridad dada la importancia que tiene para España. Fuentes cercanas a la negociación han indicado que, si no se hizo antes, fue por asuntos como la crisis de Afganistán y cumbres internacionales, además del encuadre de las agendas. “No resulta tan fácil”, destacan.
Albares quiso que le acompañaran empresas para dar más boato al encuentro. De hecho, se vio días antes con el presidente de Naturgy, Francisco Reynés, para preparar el viaje, al que el ejecutivo balear no pudo acudir precisamente por razones de agenda. Delegó en Antonio Basolas, director general de Gestión de la Energía. También se entrevistó con Antonio Llardén, presidente de Enagás, que también le acompañó a Argel. Las dos empresas son protagonistas: una es el operador logístico encargado de transportar el gas por toda España y la otra, además de tener mucha historia detrás de relaciones comerciales con Argelia desde los tiempos de la Catalana de Gas de Pere Duran Farell (merece un comentario aparte como el impulsor del gas en España), participa en el Medgaz junto a la empresa estatal argelina Sonatrach, que está en su accionariado y en el consejo de administración como gran aliado. Tanto Llardén como Basolas mantuvieron reuniones bilaterales con representantes de Sonatrach, aunque no participaron en los encuentros entre los dos Gobiernos.
Se trataba de garantizar el suministro y satisfacer la demanda española. El ministro, acompañado por Lamamra, subrayó en rueda de prensa que ese propósito se había conseguido con creces. Las fuentes consultadas han subrayado que incluso Argelia se comprometió a que, en lo que dependa de ellos, el precio de su gas no contribuya a la subida de los precios internacionales. Además del asunto energético, el ministro informó: “Nos hemos puesto de acuerdo para diversificar, ampliar y enriquecer nuestro intercambio comercial y hemos repasado distintos sectores como la construcción naval, la agricultura, las energías renovables o el turismo, que son de interés común”.
Las palabras del ministro convencen bastante al sector, que estaba reclamando un gesto como este desde hace semanas. “Nos quedamos con sus declaraciones y la confianza mostrada. Es cierto que, hasta la fecha, Argelia ha sido siempre un país confiable en sus compromisos de exportación”, comentan fuentes del sector, que se preguntan hasta cuándo va aguantar Argelia con el GME cerrado, dado su interés económico.
Las relaciones entre los dos países gozan de buena salud. Argelia es clave para el suministro de gas, que ahora puede aumentar. El resto del gas proviene de Nigeria (11,6%), Rusia (10,5%), Estados Unidos (9,6%), Qatar (6,4%) y Trinidad y Tobago (4,3%), principalmente, según datos del periodo agosto 20-julio 21. España ha sabido hacer de una debilidad (ser una isla energética) una fortaleza: cuenta con seis terminales (se puede añadir una séptima en Portugal) que hacen que la península Ibérica suponga la tercera parte de toda la capacidad en Europa. Ello permite un alto grado de diversificación en la adquisición de gas natural, responsable de la producción de un 17% de la electricidad.