La firma catalana de muebles que reta a Ikea

Julià Grup, que facturó 59 millones de euros en 2019, se lanza al crecimiento impulsado por su marca Kave Home y la venta ‘online’, que llega al 60% del total

Tienda Kave Home de Barcelona.

La crisis económica de 2008 pasó por encima como un camión al sector de fabricación de muebles, que tenía gran dinamismo en algunas localidades como La Sénia (Tarragona) o Écija (Sevilla), donde la demanda cayó en picado, algo que solo ahora empieza a recuperarse. Muchas empresas se quedaron por el camino, y solo algunas, entre las que está Julià Grup, supieron dar con la tecla para sobrevivir. F...

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La crisis económica de 2008 pasó por encima como un camión al sector de fabricación de muebles, que tenía gran dinamismo en algunas localidades como La Sénia (Tarragona) o Écija (Sevilla), donde la demanda cayó en picado, algo que solo ahora empieza a recuperarse. Muchas empresas se quedaron por el camino, y solo algunas, entre las que está Julià Grup, supieron dar con la tecla para sobrevivir. Fundado en 1982 en Sils (Girona), este grupo de producción y distribución de muebles tomó dos decisiones clave: la primera, trasladar sus centros de fabricación ahí donde los costes fueran menores; y la segunda, crear una página web solo para sus clientes para hacer más ágil el negocio, especialmente el internacional. Lo hizo hace 12 años.

“El mundo online nos salvó”, reconoce ahora Francesc Julià (Bruñola, Girona, 1961), que en los años de crisis puso sus esfuerzos en realizar grandes campañas en las ferias y en promocionar su web. El fundador, un hombre alto y con unas manos grandes que antes de dirigir un grupo de distribución internacional de muebles se dedicaba a la artesanía, recibe en la tienda de Kave Home de la avenida Diagonal de Barcelona. La marca Kave se creó en 2013, después de que Julià Grup decidiese que tenía que, además de producir y distribuir, empezar a diseñar sus propios muebles y, más tarde, que tenía que hacerlo bajo una marca propia. La marca, basada en el comercio online, tiene tiendas solo desde el año pasado en Barcelona, Madrid y Vigo, y abrirá próximamente en Málaga, A Coruña, Santiago, Palma de Mallorca y Valencia. En Girona busca un local más grande que sirva de enseña de la marca. “Queremos llegar a cubrir España con 15 tiendas propias y ocho o diez franquicias en un plazo de tres años”, explica.

En 2019, Julià Grup facturó 59 millones de euros, de los cuales el 40% corresponde a la facturación de Kave Home. “Ahora estamos transformando todo hacia la marca y en dos años será así porque es lo que tiene valor”, explica el fundador. Desde 2013, el grupo ha experimentado un crecimiento anual de alrededor del 30%, gracias a la recuperación del mercado español (aunque muy lejos de los niveles anteriores a la crisis) y a la apuesta por las exportaciones. Este año, planea llegar a los 70 millones de facturación y el plan estratégico prevé que en 2024 se alcanzarán los 140 millones. Pese a las dificultades que se esperan en los próximos meses por el coronavirus (los centros de producción que el grupo tiene en China han estado varias semanas al 20% de su capacidad), para Julià estas estimaciones son un imperativo.

70 países

“Lo tenemos que hacer; si no somos grandes, no seremos competitivos. Hasta ahora éramos los grandes de los pequeños, y ahora empezamos a jugar con los grandes, y para ello necesitamos mucho volumen de producción”, asevera. Julià Grup está presente en 70 países y comercializa también como Kave Home en 20, donde algunos distribuidores que venden su producto darán el paso hacia la franquicia. El 60% de la producción se hace fuera de España. “Tenemos que estar cerca de nuestros clientes y del material. También aquí, en España, por ejemplo en Yecla, donde están los mejores tapiceros del mundo”, dice el empresario.

Esta ambición se plasma en el plan estratégico, en el que el objetivo final, quizá utópico como admite Julià, es ser la alternativa a Ikea, aunque el segmento al que se dirige Kave Home es algo superior en precios. Marcas como Maisons du Monde son competidores más directos. “También en Nike escribieron como objetivo destruir a Adidas y mira ahora”, dice el fundador entre risas.

La ambición también ha llegado a la concepción del negocio. Hace 15 años, un proveedor holandés, Johan Vanstaalduinen, se unió al grupo y le dio la visión internacional. Hasta ahora, la financiación se ha hecho con recursos propios. “Siempre hemos estado solos. Ahora tenemos que pasar de la empresa familiar a la empresa que puede escalar”, explica. En 2019 salieron del capital los hermanos de Francesc Julià y el fondo de inversión vasco Q-Capital compró el 40% de la compañía. “Es importante porque nos guían y nos hacen ser más responsables, y porque conocen el negocio”. Con ellos acometerán una inversión de 30 millones de euros para construir un gran almacén en Girona.

Interacción con los clientes

La tienda de la Diagonal es una muestra de lo que ha llegado a ser Julià Grup y lo que quiere ser a partir de ahora, centrándose en la marca Kave Home. Con dos plantas, tiene un buen número de artículos en exposición, muchos de ellos con carteles que indican “siéntate”, “pruébame”, “tócame” o “sácame una foto”. Julià explica que, cuando solo producían y distribuían y visitaba las tiendas que vendían sus muebles, no le gustaba que los propietarios impidiesen la interacción de los clientes con ellos. Lo más importante, sin embargo, está en el centro del establecimiento: unas mesas con grandes ordenadores donde los clientes pueden ver todo el catálogo y consultar con los trabajadores: “Lo primordial es la venta online, que representa el 60% de la facturación”, explica Julià.

Prueba de ello es la aplicación móvil que ha desarrollado la empresa, que permite sacar una foto a un mueble del establecimiento y mediante inteligencia artificial propone colores, tapicería, otros muebles parecidos o complementos. Se puede comprar desde la web, aunque el cliente esté en la tienda. La empresa tiene 160 trabajadores. Ocho son diseñadores (que trabajan con seis o siete colaboradores externos) y 14 son programadores web. También colabora con cuatro empresas externas para desarrollar soluciones digitales. Cada año, la compañía destina un millón de euros en inversión en tecnología. “Si no lo haces, no puedes escalar”, dice.

El propio Julià se sorprende de que “una empresa de Girona esté en todo el mundo y sea tan digital”. De padres agricultores, Julià no cursó estudios pero tiene el olfato del hombre de negocios. La empresa dedica tres millones de euros anuales al marketing, que refuerza con presencia en las redes sociales e influencers.

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