El futuro avión de combate europeo, en riesgo: Francia y Alemania pugnan por el liderazgo del proyecto en el que está Indra
El país galo, que actualmente tiene su propio caza, no quiere perder capacidad nacional. El principal sindicato germano pide excluir a la francesa Dassault del proyecto. La semana que viene se reunirán Merz y Macron
Las costuras del mayor proyecto europeo de defensa de las próximas décadas, el FCAS (Futuro Sistema Aéreo de Combate, por sus siglas en inglés) se están tensando por la rivalidad entre Alemania y Francia....
Las costuras del mayor proyecto europeo de defensa de las próximas décadas, el FCAS (Futuro Sistema Aéreo de Combate, por sus siglas en inglés) se están tensando por la rivalidad entre Alemania y Francia. Ambas potencias están pugnando por ver quién lidera realmente una iniciativa que busca dotar a la Unión Europea de un avión de combate de sexta generación que tendría que comenzar a surcar los cielos en torno a 2040. Las tensiones entre los dos gigantes europeos se han hecho notar esta semana con el principal sindicato alemán, IG Metall, pidiendo la exclusión de Dassault (la compañía que coordina el FCAS por la parte francesa) después de que esta reclamara el liderazgo exclusivo del proyecto, valorado en unos 100.000 millones de euros. La patronal metalúrgica francesa respondió, por su parte, que no puede aceptar la exclusión de los intereses industriales galos, en información recogida por Reuters.
El enfrentamiento entre las partes, que está lastrando el proyecto lanzado hace ya ocho años, llevó a Francia, Alemania y España, los tres países que integran el FCAS —con Dassault, Airbus e Indra como coordinadores, respectivamente— a celebrar una reunión de sus ministros de Defensa el pasado jueves. Desde el Ministerio español no han hecho comentarios sobre el encuentro, más allá de un tuit en la red social X, en el que informaban de que seguirán “trabajando y apostando por la autonomía estratégica europea y los grandes proyectos como el FCAS”. Fuentes conocedores señalan que dicho encuentro, además de suponer una puesta al día para la ministra de defensa gala, Catherine Vautrin, que asumió el puesto en octubre, sirvió para preparar la reunión de la próxima semana entre los presidentes francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Friedrich Merz, que se celebrará entre el 17 y el 19 de diciembre, según Reuters. En Moncloa nadie ha confirmado aún la agenda de Sánchez y si asistirá o no al encuentro.
Sobre el FCAS se cierne la sombra de lo ocurrido entre ambos países en la década de 1980, cuando Francia decidió salirse del proyecto del Eurofighter y fabricar su propio avión de combate, el Rafale. El FCAS, que incluye más iniciativas aparte del propio caza, como por ejemplo la nube de combate y los drones, ha sido hasta ahora una especie de laboratorio de tecnologías disruptivas que ni siquiera existen a día de hoy, ya que el avión está pensado para entrar en funcionamiento en 15 años, para luego durar varias décadas. “Son tecnologías demasiado disruptivas que no están ni claras (...) Francia siempre se resiste a perder su capacidad nacional, pero aquí parece difícil porque la inversión que tendrían que acometer para fabricar la sexta generación del Rafale sería brutal. Cualquier nueva generación en cualquier gran sistema de armas sería costosísima para Francia”, explica una fuente del sector.
España, que en este conflicto asume una especie de papel mediador con una industria militar muy inferior a la de sus socios, quiere que el proyecto continúe sí o sí. “De lo contario, ¿qué vamos a tener cuando muera el Eurofighter? Tenemos que competir con el F-35 [estaounidense]. El FCAS está planteado como un reto tecnológico para Europa, renunciar a él es decir que no a toda una generación tecnológica de 15 o 20 años“, añaden dichas fuentes. Una de las posibilidades que están analizando los tres países es centrarse en la nube de combate y en los drones, temas en torno a los que no hay tanta rivalidad. ”Aquí lo que se está discutiendo es qué pasa con el avión", afirma otra fuente.
En el proyecto están presentes más empresas españolas, además de Indra, que funciona como un coordinador de compañías que puedan desarrollar una u otra funcionalidad dentro del FCAS. Una estas empresas explica que “tiene sentido” que el FCAS vaya más rápido, como piden los franceses, centrándose solo en la nube de combate, “pero es un proyecto pensado para ser de 20 años. De lo contrario, dejaría de ser el FCAS. Aquí se buscan tecnologías que todavía no existen”.
Una muestra clara del interés del Gobierno español en que el proyecto continúe fue el lanzamiento este año de un Programa Especial de Modernización (PEM) específico para el FCAS, para el que prestará a Indra y Airbus 350 millones al 0% de interés y cuyo contrato tendrá un valor de 700 millones. En dicho programa, que es uno de los 31 lanzados en 2025 por el Ejecutivo para disparar el gasto militar hasta el equivalente al 2% del PIB, “se contemplan actividades en diversos ámbitos de desarrollo como plataformas tripuladas y no tripuladas, aviónica, nube de combate y sensores, entre otros”, según se refleja en el Real Decreto publicado en septiembre.